Los residentes en el campamento para migrantes en el distrito de Ayn Îsa, en el cantón Girê Spî, ven un empeoramiento de las condiciones con la llegada de la temporada de invierno. Los inmigrantes permanecen en tiendas viejas donde se ven afectados por la lluvia y las tormentas de arena.

El invierno agrava el sufrimiento

Aunque en otros lugares se considera que la temporada de invierno trae prosperidad con las lluvias, eso no suena cierto para los inmigrantes en el campamento de Ayn Îsa. Las tiendas son viejas y estan rotas, y dejan entrar el agua de lluvia.

Los refugiados dicen que la situación sigue empeorando, que los niños se enfrentan a enfermedades contagiosas y que no tienen medicamentos para los resfriados infantiles.

Fatime Ebdullah, emigrada de Deir ez-Zor, dice que le gustaría una carpa, incluso si estaba rota. Ella ha estado en el campamento por una semana, y ella ha estado viviendo en la tierra junto con 14 miembros de su familia.

Hay más de 100 familias sin tiendas y un total de 23 mil inmigrantes en el campamento de Ayn Îsa.