Un tribunal alemán detiene la expulsión de un activista kurdo a Turquía
Un tribunal detiene la deportación prevista del activista kurdo Zana Sili a Turquía. El refugiado político ha sido puesto en libertad.
Un tribunal detiene la deportación prevista del activista kurdo Zana Sili a Turquía. El refugiado político ha sido puesto en libertad.
La amenaza de expulsión del refugiado Zana Sili se ha detenido por el momento. La solicitud urgente de su abogado para que la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF) revisara su caso prosperó, según el grupo de apoyo al activista kurdo. La orden judicial establece que, hasta que se adopte una decisión sobre la solicitud de asilo del hombre, la autoridad competente debe abstenerse de adoptar "medidas para poner fin a su estancia".
El caso de Zana Sili causó conmoción en la comunidad kurda. El miércoles por la mañana, la policía detuvo en Kassel al kurdo, perseguido político en Turquía, y lo llevó directamente al aeropuerto de Frankfurt. Al parecer, el motivo de la deportación era que no había acudido a las citas con la oficina de extranjería de Augsburgo. Sin embargo, Sili se había trasladado a Kassel con permiso de la oficina de Augsburgo para trabajar a jornada completa como cocinero. Sin embargo, las cartas de Augsburgo no le llegaron allí.
La deportación prevista sólo se detuvo en el aeropuerto de Frankfurt, y Sili fue puesto en libertad. Además de numerosos simpatizantes, el Die Linke también se pronunció en contra de la deportación de Sili. Torsten Felstehausen, director parlamentario y portavoz de política interior de Die Linke en el Parlamento del estado de Hesse, pidió al gobierno que tomara medidas inmediatas: "Es escandaloso hacer de un fallo oficial la base de una deportación. La deportación debe suspenderse urgentemente hasta que se tramite la solicitud urgente, y poner en libertad a Zana Sili".
Felstehausen señaló que el objetivo debe ser impedir la deportación de Sili a Turquía, donde se enfrentaría a persecución política. Según las organizaciones de derechos humanos, los malos tratos y las torturas en las comisarías y cárceles turcas siguen siendo, por desgracia, la norma, declaró.
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