Periodista Özgüden: “La oposición debe unirse y actuar unida”

El periodista Doğan Özgüden critica el paquete de reformas del gobierno turco y llama a todas las fuerzas de la oposición a unirse y liderar el proceso de paz.

ENTREVISTA

Las repercusiones del "Llamado a la paz y una sociedad democrática" de Abdullah Öcalan, emitido el 27 de febrero, aún se sienten. Tras este histórico llamamiento, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunció el 12 de mayo su decisión de deponer las armas, fundamentando su decisión en el llamamiento del Sr. Öcalan.

A raíz de estos importantes acontecimientos, la atención pública volvió a centrarse en las posibles respuestas legales y legislativas del gobierno turco. Sin embargo, el tan esperado Paquete de Reforma Judicial, presentado recientemente, ha sido ampliamente desestimado por muchos como decepcionante, resumido con la frase regional "la montaña parió un ratón".

El paquete no solo no cumplió con las expectativas del público, sino que representantes del gobierno también declararon que cualquier paso sustancial hacia la democratización en Turquía se pospone, en consecuencia, hasta el otoño.

El periodista Doğan Özgüden habló con ANF sobre estos últimos acontecimientos, destacando la importancia de la unidad entre la oposición política para desarrollar el proceso de paz: “El mismo tipo de movilizaciones masivas que vimos en apoyo a Imamoğlu también debería organizarse para los líderes políticos kurdos y de izquierda que permanecen encarcelados”.

En Turquía, los debates actuales sobre una resolución y un proceso político se centran en la falta de medidas por parte del gobierno. Recientemente, el tan esperado Paquete de Reforma Judicial tampoco cumplió las expectativas públicas. ¿Cómo interpreta esta situación?

Desde el principio, no he visto este asunto con mucho optimismo. No confío en el Estado. El Estado turco, en su forma actual y con su liderazgo político actual, no me inspira confianza. Tras el gran revuelo público tras el llamamiento de Devlet Bahçeli, corrieron rumores de que Abdullah Öcalan se dirigiría al Parlamento. Eso nunca ocurrió. Aunque el PKK celebró su congreso y anunció su decisión de deponer las armas en respuesta a los mensajes enviados por Öcalan, aún no hemos visto los avances que esperábamos.

¿Qué tipo de acontecimientos esperaba?

En mi opinión, el primer y más necesario paso para que el proceso comenzara habría sido la liberación de los presos políticos, incluyendo a Abdullah Öcalan y a la dirección del Partido Democrático de los Pueblos (HDP). Pero eso no ocurrió. Recientemente, supimos de una reforma legal llamada "Paquete de Ejecución de Sentencias", pero dicho paquete no resultó en la liberación de Öcalan ni de otros presos políticos tampoco.

No olvidemos que incluso nuestros amigos y amigas encarcelados por su participación en el Movimiento Gezi han permanecido tras las rejas durante años. Ahora el gobierno habla de reemplazar la Constitución de la época golpista. Pero incluso con todas sus deficiencias, la Constitución actual podría permitir muchas reformas significativas.

¿Qué quiere decir con eso?

Esta Constitución establece claramente: "Las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) son vinculantes. Las decisiones del Tribunal Constitucional son vinculantes". Sin embargo, muchos de nuestros amigos y amigas siguen en prisión, a pesar de que existen sentencias judiciales que ordenan su liberación. ¿Por qué? Porque esta Constitución no se está implementando.

Si se redacta una nueva Constitución, no puede ser redactada por un grupo de 15 o 20 personas elegidas personalmente por Tayyip Erdoğan para que actúen como sus leales guardianes. Dicha Constitución solo puede ser legítima si la redacta una asamblea constituyente, una que represente a todas las fuerzas democráticas de Turquía. Pero incluso eso podría no ser necesario. Como dije, muchos de los problemas actuales podrían abordarse con la Constitución vigente, si tan solo se aplicara.

Cuando se trata de la liberación de presos políticos, el argumento que solemos escuchar es: "Si liberamos a estos presos, entonces los miembros del movimiento de Fethullah Gülen también tendrán que ser liberados". ¿Se puede imaginar algo más escandaloso? Si se encarcela a personas por sus ideas políticas, todas deben ser liberadas, sin discriminación.

En este momento, se hace un gran hincapié en la democracia, en particular como condición necesaria para resolver la cuestión kurda. Por otro lado, también se acusa al gobierno de intentar dividir a la oposición. ¿Cómo lo ve?

Esta es una de las principales incertidumbres del nuevo proceso iniciado por Devlet Bahçeli y aparentemente apoyado, aunque con vacilaciones, por Erdoğan. Si realmente hablamos de democratización, el asunto debe presentarse ante la Gran Asamblea Nacional de Turquía. Es necesario aprobar leyes y tomar las decisiones políticas necesarias. Pero no estamos presenciando tal proceso en este momento.

A pesar de la decisión del congreso del PKK de deponer las armas, basada en el llamamiento de Abdullah Öcalan, no se han tomado medidas concretas para implementar esta decisión. Supongamos que el PKK se ha comprometido a desarmarse, ¿dónde depondrá las armas? ¿Cómo lo hará? ¿Bajo qué condiciones? ¿Existe algún marco legal para ello?

Hemos visto cómo esto se desarrolla en ejemplos de todo el mundo. En Sudáfrica, por ejemplo, cuando surgieron estos asuntos, para iniciar un proceso de paz entre las fuerzas guerrilleras y el gobierno central, se requería la mediación de instituciones con legitimidad y autoridad internacional. Hasta el momento, no he tenido conocimiento de que ningún organismo mediador de este tipo haya participado en este caso.

¿Está usted enfatizando la necesidad de una tercera parte en la mesa de negociaciones?

Sí, la presencia de una tercera parte es absolutamente necesaria. Debe haber un grupo neutral de árbitros capaces de manejar el asunto con objetividad. Existen numerosas organizaciones de derechos humanos y personalidades respetadas en Europa y el mundo que han contribuido durante mucho tiempo a los esfuerzos de democratización de Turquía y que nunca han sido enemigos del Estado turco.

Pero Tayyip Erdoğan se considera actualmente un mediador en asuntos internacionales como Palestina y Ucrania. Debido a este rol autoasignado, rechaza cualquier forma de asistencia o mediación externa en asuntos internos.

Quiero destacar algo importante: esperaba que el Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM) entrara en este proceso con mayor preparación y determinación. Sin embargo, hubo prisa por acoger la atmósfera de un proceso de paz, incluso antes de que se cumplieran las condiciones clave. Respeto los esfuerzos que se están realizando; deben realizarse visitas y celebrarse reuniones.

Pero hemos llegado a un punto en el que casi parece que Devlet Bahçeli y Tayyip Erdoğan han experimentado repentinamente una transformación milagrosa y ahora están listos para resolver todos los problemas democráticos de Turquía y reconocer las demandas históricas de la nación kurda. Eso, por supuesto, no ha sucedido.

¿Cuál es su propuesta en respuesta a sus críticas? ¿Qué debería hacer la oposición para construir la democracia? ¿Qué postura debería adoptar?

Más allá del Partido DEM, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) también tiene una gran responsabilidad. ¿Cuál es la postura del CHP al respecto? Durante su reciente visita al Parlamento Europeo, el presidente del CHP no dijo nada sobre el proceso de paz.

Sigo de cerca la situación. Hasta ahora, la única postura del CHP parece haber sido utilizar la situación del alcalde metropolitano de Estambul, Ekrem Imamoğlu, como base para lanzar una futura campaña electoral. No hay un compromiso serio con el movimiento kurdo.

El Partido DEM, el CHP y todas las fuerzas democráticas deben unirse. El mismo tipo de movilizaciones masivas que vimos en apoyo a Imamoğlu también debería organizarse para los líderes políticos kurdos y de izquierda que permanecen encarcelados. Solo mediante este enfoque se puede construir una verdadera democracia en Turquía.

Además, el movimiento kurdo existe no solo en Turquía, sino también en Siria, Irak e Irán. Es necesario un diálogo con los kurdos en todas estas regiones. En Siria, el movimiento kurdo costó miles de vidas luchando contra el ISIS, y ahora está en la mira; este esfuerzo por aplastarlo sin duda implica cálculos políticos de Erdoğan.

No olvidemos que quien actualmente ejerce como jefe de Estado en Siria es un ex miembro del ISIS. Para establecer la democracia allí, el movimiento kurdo debe ser incluido en el gobierno de una estructura federal. En mi opinión, el Estado turco no debe obstaculizarlo.

¿Sugiere que los acontecimientos centrados en Siria están relacionados con el proceso de paz en Turquía?

Sin duda, tienen un impacto. Recuerdo que tanto Devlet Bahçeli como otros miembros del gobierno afirmaron explícitamente que el movimiento kurdo en Siria también debería desarmarse. Esto se ha repetido muchas veces y continúa incluso ahora. Sin embargo, en mi opinión, el movimiento kurdo en Siria es una fuerza autónoma que lucha por defenderse y transformar Siria en un país democrático. Este hecho no debe ignorarse.

¿Qué diría sobre la construcción de una sociedad democrática? Independientemente de las instituciones y los partidos políticos, ¿qué responsabilidad tiene la sociedad como sujeto en este proceso? ¿Cómo debería abordar la democratización?

La oposición en Turquía no se limita al Partido DEM y al CHP. Como alguien que vivió la década de 1960, lo recuerdo bien: desde la caída del Partido Democrático, todas las organizaciones de derechos humanos, asociaciones profesionales y otras fuerzas similares deben unirse. Para que se produzca un cambio constitucional, o para que haya alguna transformación en Turquía, debe llevarse a cabo mediante un frente unido que incluya a todos estos sectores.

Hoy en día, existen diásporas en todo el mundo originarias de Turquía: kurdas, armenias, asirias y muchos exiliados y exiliadas políticos. Lo que se necesita es la formación de un movimiento amplio e inclusivo en el que todas estas comunidades puedan participar.

Por supuesto, el Partido DEM tiene el derecho legítimo de liderar este proceso. Es el representante legal e institucional de la lucha democrática en Turquía. Pero debe colaborar con todas estas fuerzas y ayudar a impulsar este proceso.