Cataluña, en busca de los muertos de la Guerra Civil
En Cataluña se han identificado al menos 505 fosas comunes de la guerra civil española. Más de 20.000 personas de las ahí enterradas son víctimas de la brutal ocupación de las tropas fascistas
En Cataluña se han identificado al menos 505 fosas comunes de la guerra civil española. Más de 20.000 personas de las ahí enterradas son víctimas de la brutal ocupación de las tropas fascistas
Dentro del intenso y amargo debate sobre la guerra civil española y la larga dictadura que la siguió, encabezada por el general Francisco Franco, el conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia ha confirmado recientemente que, según sus cálculos, más de 20.000 víctimas permanecn enterradas. Sin identificar, en fosas comunes.
Hasta hace unos años, las autoridades catalanas apoyaron y financiaron la excavación e identificación de estas fosas comunes solo a petición de los familiares de las víctimas desaparecidas, pero tras la Ley de Memoria Histórica, la Generalitat de Cataluña empezó a actuar una vez que tuvo conocimiento de las ilegales fosas masivas.
Desde entonces, las autoridades han elaborado un mapa de al menos 505 fosas comunes localizadas, de las cuales solo 38 han sido abiertas. Al mismo tiempo, se organizó voluntariamente un banco de ADN entre los familiares de las miles de personas desaparecidas.
Un banco de memoria que hasta ahora acumula el ADN de unas 6.000 familias. Entre 1979 y 2018, se han recuperado los restos de apenas 339 personas asesinadas, de las cuales una pequeña parte fueron identificados y entregados a sus familiares.
El Gobierno catalán, a través del llamado Plan de Fosas, ha propuesto identificar en 2019 al menos el 80% de los restos encontrados hasta el momento, que pertenecerían a aproximadamente 281 personas.
A pesar de los esfuerzos, las cifras aún están lejos de las 20.000 personas enterradas en fosas comunes que fueron asesinadas durante la ocupación de Cataluña y en la intensa represión posterior.
Mientras tanto, el debate sobre la dictadura de Franco, entre sus detractores y defensores (activos y pasivos), permanece abierto en España y ofrece interpretaciones que son extremadamente contemporáneas.