La tradicional marcha a Estrasburgo que se celebra anualmente en el marco del aniversario de la deportación de Abdullah Öcalan a Turquía es distinta este año a causa de la Covid-19. La marcha está teniendo lugar en varios países europeos al mismo tiempo de forma simultánea, para evitar grandes multitudes. En Suiza, la larga marcha en el marco de la campaña ‘Poner fin al aislamiento, al fascismo, a la ocupación; es tiempo de libertad’ comenzó en Lucerna el pasado 6 de febrero. Ayer llegó a Basilea.

Pese a la nieve y las temperaturas bajo cero, los kurdos y los internacionalistas se concentraron en Barfüsserplatz con imágenes de Öcalan y banderas del PKK, el MLKP y el SYKP, donde guadaron un minuto de silencio por los mártires de la lucha de la liberación kurda.

El político Serhat Agirî tomó la palabra y dijo que la conspiración internacional contra Öcalan ha continuado hasta hoy. Dijo que la resistencia en Imrali, en las montañas y en las cárceles turcas ha evitado que esta conspiración alcance su objetivo. “El hecho de que la conspiración continúe a nivel internacional se debe a los desarrollos de la lucha kurda y los éxitos en Rojava. Contra estos ataques destinados a sofocar y aplastar nuestra lucha, seguiremos exigiendo en voz alta la liberación de nuestro presidente. La libertad de Öcalan es nuestra libertad, la libertad del pueblo kurdo”.

Después, los activistas se manifestaron por la ciudad hasta Dreirosenpark, gritando consignas y distribuyendo folletos. La parada de mañana es Solothurn.