Los resultados de las elecciones de Andalucía, la región más poblada y extensa del estado español, han abierto una profunda crisis en la política española.

En contra de los pronósticos, la suma de los dos partidos conservadores principales y la irrupción del partido neo-franquista y de extrema derecha han conseguido hacer tambalear la continuidad del gobierno central de Pedro Sánchez en Madrid.

El gobierno de Pedro Sánchez gobierna en minoría en el parlamento estatal y requiere de negociaciones constantes y complejas tanto con los independentistas catalanes como con los nacionalistas vascos y Podemos.

Desde la formación del nuevo ejecutivo a finales de verano, las encuestas han mostrado un claro incremento en la intención de voto del PSOE. Pero, los resultados electorales en Andalucía son el peor resultado en la historia de este partido en una región que han gobernado desde el fin de la dictadura franquista.

El PSOE andaluz es liderado por Susana Díaz, perteneciente al ala derecha del partido y que ha mostrado su oposición más de una vez al actual Secretario General del partido y Presidente del Gobierno, siendo derrotada en las primarias del partido que se produjeron tras unas maniobras polémicas del sector que la apoyaba.

En lo que se refiere a los resultados concretos en Andalucía, el PSOE ha perdido un total de 10 diputados para quedarse en 33. Adelante Andalucía (la coalición entre Izquierda Unida y Podemos) ha perdido 3 diputados y se ha quedado en 17.

En cuanto al partido conservador, Partido Popular (PP), la perdida de escaños se ha quedado en 6 obteniendo un total de 26 y quedando en la segunda posición. Por su parte, Ciudadanos, el otro partido conservador, ha doblado el número de votos y ha pasado de 9 a 17 diputados en el Parlamento de Andalucía.

Sin embargo, la mayor sorpresa en las elecciones ha sido la irrupción del partido de extrema derecha Vox, que ha cosechado 12 diputados.

Los cálculos electorales implican que la suma de PSOE y Adelante Andalucía se ha quedado a 6 diputados de la mayoría absoluta con 50 escaños, mientras que los partidos de derechas y extrema derecha suman 59, abriéndose la posibilidad de formar un gobierno de derecha radical en una región en la que siempre había gobernado la izquierda socialdemócrata.

Los resultados electorales en Andalucía no solo marcan un cambio en el gobierno de Andalucía, de paso poniendo al gobierno central en alerta roja, sino que pueden suponer una serie de consecuencias a nivel estratégico mucho más importantes para el estado español.

El avance de la extrema derecha, a favor de la eliminación de las autonomías, acompañado por un imaginario dictatorial, imperial y uniforme choca directamente contra las reivindicaciones de mayor autogobierno de algunos países que componen el estado español como el País Vasco o el País Valenciano sin mencionar el choque brutal con las aspiraciones independentistas de Catalunya.