La desobediencia civil comenzó el viernes por la mañana frente a la fábrica del gigante armamentístico alemán Rheinmetall en Kassel, que produce armas para regímenes represivos en muchas zonas de guerra del mundo, desde el Kurdistán hasta el Yemen, desde México hasta los países africanos, y duró todo el día.

La marcha organizada en el marco de la iniciativa "Bi hev re serhildan" partió de Halitplatz.

Se celebró una concentración frente a la estación principal. También se detuvo a un activista por ocultar su rostro durante la acción.

La alianza "Desarmar a Rheinmetall" se formó en 2018 tras el ataque turco a Afrin en el norte de Siria. En 2018, la planta de producción de Rheinmetall en Unterlüß ya había acogido un campamento de protesta y bloqueos menores.

El año pasado, más del doble de activistas* vinieron y bloquearon el acceso a la planta allí durante más de 24 horas. Este año, el campamento fue cancelado debido a la pandemia de coronavirus y, además de los eventos en línea, se movilizó para el día de acción de hoy en Kassel. Adila Dilaram anunció otras acciones: "Continuaremos - en Kassel, Unterlüß y en todos los lugares donde se produce la guerra, queremos molestar. Las guerras empiezan aquí con la producción de armas y ahí es donde tenemos que detenerlas."

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