Se ha estado llevando a cabo durante más de una semana en Berlín una acción solidaria con los pesos políticos de Turquía en lucha contra el aislamiento de Abdullah Öcalan y sus devastadoras condiciones en las prisiones con un huelga de hambre que hoy suma 56 días.

En el octavo día de la acción, que se lleva a cabo en Alexanderplatz, se puso el foco en la invasión turca del cantón del norte de Siria de Afrin, llevada a cabo hace tres años en violación de la ley internacional. Allí se leyeron comunicados en alemán, kurdo y turco denunciando la política expansionista turca y el apoyo del gobierno alemán al régimen de Erdogan.

La concentración, que se llevó a cabo ayer, comenzó con un minuto de silencio por los mártires de la lucha de la liberación. Nurê Alkış, en nombre de la organización paraguas de mujeres yazidíes, leyó un comunicado en el que recordó a mujeres como Avesta Xabûr, quien murió en la resistencia de Afrin.

Renas Efrîn, en representación del PYD, señaló que miembros de distintos grupos étnicos y creencias habían vivido en armonía en Afrin durante miles de años antes de la ocupación turca. Menderes Canberg, portavoz de la asociación kurda FED-KURD, hizo un llamamiento a los estados de la UE para que se comprometieran con sus propias leyes: “La ley está siendo violada en las cárceles de Turquía y Kurdistán. ¡No seáis cómplices de estos crímenes!”

Nursel Aydoğan, ex diputada del HDP y exiliada en Europa a causa de la persecución política sufrida en Turquía, dijo: “Desde hace 55 días se está llevando una huelga de hambre en las cárceles de Turquía. La última vez que Abdullah Öcalan pudo hablar con sus abogados fue hace un año y medio”.

En cuanto a la situación actual en Afrin, Aydoğan señaló: “El 95% de la población de Afrin era kurda. Los ocupantes están tratando de erradicar su cultura. Hoy en Afrin se habla el idioma turco, y las clases se imparten en turco. Una cultura y un pueblo están destinados a ser asimilados”.