La conspiración internacional explicada por Öcalan

El 9 de octubre Öcalan tuvo que marchar de Siria debido a la conspiración internacional orquestada en su contra. Sin embargo, estos acontecimientos le sirvieron de aprendizaje para entender mejor el funcionamiento de la modernidad capitalista.

Años después de su salida obligada de Siria y tras haber sido capturado en Kenia (Frebrero de 1999) y llevado a Turquía, Öcalan escribió de forma extensa sobre la conspiración internacional en su Manifiesto por una Civilización Democrática.

A continuación reproducimos algunos extractos:

“Es importante discutir porque y como me fui de Siria, ya que este hecho ha provocado una cadena de acciones que culminó con mi secuestro. Mi salida de Siria fue el resultado, una vez más, de la contradicción entre el valor que le doy a la amistad y las políticas israelíes sobre los kurdos. Tras su fundación, poco después de la II Guerra Mundial, Israel trató de controlar la cuestión kurda pero sus intereses pesaban demasiado y no tuvo tolerancia ante la solución alternativa a la cuestión kurda que nuestro movimiento, que había adquirido mucha influencia, proponía. Nuestra solución no servía a los intereses de Israel. No debería negar, en cualquier caso,  sus esfuerzos; el MOSAD me invitó de forma indirecta a trabajar con ellos para llevar a cabo la solución que ellos proponían. Pero no tuvo ningún interés, ni me mostré dispuesto a esta colaboración, ni ética ni moralmente.

Por otro lado, el gobierno árabe-sirio nunca quiso ir más allá de una alianza táctica con el liderazgo del PKK. Una alianza con el PKK había sido parte de la respuesta siria ante las amenazas turcas desde 1958 así como ante las tendencias pro-Israel de Turquía. El PKK no tuvo objeciones ante esta alianza táctica. Sin embargo, nadie quería que esta relación pudiera desembocar en una política kurda alternativa; por lo tanto los esfuerzos de la administración turca fueron grandes aunque ineficaces. Pero, teniendo en cuenta que Hafez al-Assad consiguió llegar al gobierno de Siria debido a la lucha entre EEUU y la URSS, Siria perdió su capacidad de mantener sus alianzas tácticas tras la desintegración de la URSS.

Incluso este breve recordatorio muestra que, a pesar de que las presiones políticas de los EEUU y las presiones militares de Turquía jugaron un papel importante, el verdadero poder que me expulsó de Siria fue el de Israel. No se debe olvidar que Israel y Turquía han tenido acuerdos secretos la década de 1950, y que con el segundo acuerdo ‘antiterrorista’ en 1996, la alianza anti-PKK entre los EEUU, Israel y la República de Turquía estaba completada.

Otro factor crítico fue la coalición anti-PKK que la República de Turquía entabló con la Unión Patriótica de Kurdistán (PUK) y con el Partido Democrático Kurdo (KDP), partidos que ya habían establecido relaciones con los EEUU e Israel; en otras palabras, con la Asamblea Federal Kurda y su administración establecidas en 1992.

La combinación de todos estos factores adversos me obligó a abandonar Siria en 1998.  A parte, yo ya sabía que era la hora de marcharse. Llevaba en Siria demasiado tiempo, atraído por los desarrollos políticos alrededor de Kurdistán y por la amistad que yo había esperado podría resultar en una cooperación estratégica. He de admitir que funcionarios de alto rango del gobierno sirio me habían alertado de las desventajas. Aún así, no quise abandonar la fe en el poder de la amistad y la cooperación entre pueblos. Por la misma razón, me fui de Siria para ir a Grecia. Quería desarrollar lazos de amistad con el pueblo griego y aprender de su cultura clásica y su trágica historia.

Mi única alternativa era irme a las montañas de Kurdistán. Dos factores me disuadieron de hacerlo. Primero, mi presencia hubiera provocado la presencia masiva de fuerzas militares. Esto hubiera supuesto ocasionar un gran daño a la población civil de la zona y a mis camaradas; también podría haber llevado a que la lucha armada fuera el único medio posible para obtener una solución a la cuestión kurda. En segundo lugar, teníamos una necesidad urgente de educar a los jóvenes que se incorporaban a nuestro movimiento.

En resumidas cuentas, las afirmaciones oficiales y no oficiales de Turquía de “le tenemos rodeado” y “podéis ver los resultado obtenidos” no reflejan del todo la realidad. En cualquier caso, ahora Turquía está tratando de  manipular a Irán e Irak de la misma manera que lo hicieron con Siria. El resultado de la  alianza de Turquía con Siria e Irán no se puede predecir. Si los antagonismos entre los EEUU, Israel, Irán, Rusia y China se intensifican, ¿estará la República de Turquía preparada para las consecuencias?

Mi peregrinación de 3 meses por Atenas, Moscú y Roma no fue en balde para mí. Esta aventura me llevó a entender la esencia de la modernidad capitalista – la base sobre la que se construye esta posición- a pesar de las muchas mascaras y disfraces. Si no fuer por esta visión, tendría o una perspectiva nacionalista primitiva en busca de un estado-nación o sencillamente habría acabado en un movimiento clásico de izquierdas. Por ello, mi cambio de paradigma político puede trazarse a esta aventura.

Se he vuelto claro para mí que: el verdadero poder la modernidad capitalista no es su dinero ni sus armas, su verdadero poder descansa en su capacidad para ahogar las utopías – incluyendo la utopía socialista que es la última y más poderosa de todas- a través del liberalismo. A no ser que este poder del liberalismo sea analizado con acierto y en profundidad, ninguna ideología se escapará de convertirse en el humilde servidor del capitalismo. No hay a penas nadie que haya analizado el capitalismo de forma tan comprensiva como Marx, o la relación entre el estado y la revolución como Lenin. Sin embargo, hoy en día ha quedado claro que, a pesar de que reivindicaban ser su negación, la contribución de la tradición marxista-leninista al capitalismo en términos materiales y de significado ha sido importante”.