Sarîna Şervan, cuyo verdadero nombre era Mehnaz Hesen Xeleflo, nació en 1997 en el seno de una familia patriota de Maku, en el Kurdistán Oriental. A pesar de los ataques del enemigo, la familia de Sarîna no renunció a la cultura kurda, lo que tuvo un efecto positivo en la personalidad de Sarîna.

Sarîna creció con su cultura kurda. Por esta razón, no aceptó el régimen iraní. Se enfrentó a más contradicciones y se sumergió en una búsqueda. Sarîna, que no aceptaba la persecución del régimen iraní, especialmente contra las mujeres y el pueblo kurdo, se familiarizó con el Movimiento por la Libertad en 2012.

Consideró las filas guerrilleras como un lugar donde encontrar respuestas a sus preguntas y luchar. En 2014, se fue a las montañas del Kurdistán y se unió a la guerrilla. Sarîna recibió entrenamiento militar en Xakûrkê ese mismo año y luchó en numerosos campos durante años. Sarîna, que conoció a muchos y muchas combatientes durante su viaje por la libertad, quedó fascinada por el compañerismo dentro del PKK. En su valoración, Sarîna expresó lo siguiente sobre la vida en el PKK: “Ojalá hubiera conocido y participado antes en la vida del PKK. Si volviera a nacer, volvería a luchar basándome en la filosofía de Öcalan. Pagaría cualquier precio por esta vida honorable y por la libertad”.

Sarîna desempeñó diversas tareas

Sarîna, que nunca comprometió su lucha frente a todas las dificultades, continuó su resistencia austeramente en muchos ámbitos. Se ofreció voluntaria para realizar las tareas más laboriosas. Sarîna acudió a zonas de entrenamiento en 2017 para alcanzar sus metas y objetivos. Se desarrolló en la Academia Mártir Beritan y se preparó para luchar en todos los ámbitos de la vida. Empezó a llevar a cabo su lucha con más fuerza, determinación y voluntad.

Sarîna también se desarrolló en el campo militar y asumió un papel de liderazgo en el ejército de mujeres. La guerrillera Sarîna, que se presentó voluntaria en la zona de Bakur (Kurdistán del Norte), fue destinada a la región de Serhat. Sarîna, que vigilaba atentamente a las tropas enemigas en Bakur, se enfurecía más después de cada martirio y se enfrentaba al enemigo con sentimiento de venganza.

A pesar de todas las dificultades, cumplió su misión en la guerra popular revolucionaria. El 8 de junio de 2020, Sarîna sobrevivió a una emboscada enemiga mostrando una resistencia extraordinaria junto con sus tres compañeros y compañeras de lucha. Sin embargo, las tropas enemigas lanzaron una operación a gran escala en la región después de la emboscada, y Sarîna y sus tres compañeros y compañeras, que combatieron ferozmente a las tropas enemigas, cayeron mártires tras el conflicto armado.