Las fuerzas especial de la policía turca (Polis Özel Harekat, PÖH) y la gendarmería (Jandarma Özel Harekat, JÖH) asaltaron una casa familiar el sábado por la noche en la población de Hespenek (Çobandüzü) del distrito de Erciş al norte del Kurdistán, en la provincia de Van, debido a una denuncia. La policía y los soldados despertaron a la familia y les pidieron que abandonaran su casa inmediatamente. Antes de que los sorprendidos residentes pudieran cumplir con la exigencia, fueron lanzadas granadas de gas en el domicilio. La familia abandonó la casa descalza y en pijama, y fue golpeada en la calle por las fuerzas especiales.

Antes de que la familia pudiera entender lo que estaba ocurriendo, se inició un incendio en el domicilio. Sin poder extinguirlo, la familia se vio obligada a pasar varias horas en el exterior. A causa del incendio, la estructura interna de la casa ha quedado destruida y la dote para una boda que estaba planeada para las próximas semanas reducida a cenizas, así como muchos otros objetos.

Mehmet Plat, una de las víctimas, ha explicado que toda la familia fue forzada a tumbarse en el suelo: “Ni siquiera se nos permitió llamar al departamento de bomberos. Nuestra casa ha sido registrada e incendiada. Si somos delincuentes y merecemos semejante trato, ¿por qué no han encontrado nada?”