Según Kolbarnews, los soldados turcos abrieron fuego contra un grupo de kolbars (portadores de mercancías) en la región fronteriza de Van, en el distrito de Çaldıran, el 12 de mayo.

Según el informe, un kolbar llamado Hesen Elem Huli resultó gravemente herido a consecuencia del ataque armado en la frontera entre Bakur y Rojhilat (Kurdistán Oriental, Irán). Huli habría sido atendido en la ciudad de Maku, en Rojhilat.

En abril, soldados turcos capturaron a dos kolbars en el campo de Beydoğan (Şexsicih) en Çaldıran. Los kolbars Hesen Keçelano y Behnam Semedi, ambos de Rojhilat fueron fuertemente torturados por los soldados turcos. Mientras que Behnam Semedi sufrió profundas heridas en varias partes del cuerpo a consecuencia de la tortura, Hesen Keçelano perdió la vida. Luego, Semedi fue abandonado en la frontera junto al cadáver de Keçelano.

La tragedia de los kolbars

Rojhilat se ha sumido en la pobreza a lo largo de los años debido a las políticas del régimen iraní y destaca como una de las regiones más pobres de Irán. En comparación con otras regiones, la zona ha recibido muchas menos inversiones y se ha frenado deliberadamente su desarrollo. No se ha permitido que la agricultura y la industria se desarrollen, y como resultado el desempleo ha aumentado hasta alcanzar el nivel más alto de todo Irán.

Frente a las políticas de discriminación, opresión y empobrecimiento, el transporte de mercancías de contrabando a través de la frontera no es una opción, sino una necesidad para sobrevivir.

Kolbar viene de las palabras kurdas “kol” (espalda) y “bar” (carga). Los kolbars se ganan la vida transportando mercancían a lo largo de la peligrosa línea fronteriza. Sus mercancías incluyen cigarrillos, teléfonos móviles, ropa, artículos para el hogar, té y rara vez alcohol. Sus mercancías se venden a precios elevados en Teherán, pero los kolbars que arriesgan su vida por ellas reciben una paga muy modesta.

Los intermediarios que aceptan las entregas y encuentran compradores en las ciudades se llaman kasibkars.

Los kolbars y los kasibkars tienen entre 13 y 70 años. Algunos sólo han terminado la escuela primaria, mientras que otros son licenciados universitarios. Transportan mercancías a sus espaldas, porque no encuentran otro empleo. En los últimos 5 años, unos 300 kolbars y kasibkars fueron asesinados a sangre fría. No hay estadísticas absolutas de estas muertes.

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