"A medida que el autoritarismo gana terreno en Turquía, se cuestiona el pluralismo de los medios"

"A medida que el autoritarismo gana terreno en Turquía, el pluralismo de los medios está siendo cuestionado. Se utilizan todos los medios posibles para socavar a los críticos", afirma RSF.

REPRESIÓN

La libertad de prensa en todo el mundo está siendo amenazada por las mismas personas que deberían ser sus garantes: las autoridades políticas. Así se desprende claramente del último Índice Mundial de Libertad de Prensa elaborado anualmente por Reporteros Sin Fronteras (RSF). Esta conclusión se basa en que, de los cinco indicadores utilizados para elaborar el ranking, es el indicador político que más ha caído, registrando una caída media global de 7,6 puntos.

Un número creciente de gobiernos y autoridades políticas no están cumpliendo su papel como garantes del mejor entorno posible para el periodismo y para el derecho del público a noticias e información confiables, independientes y diversas. RSF observa una preocupante disminución del apoyo y el respeto a la autonomía de los medios y un aumento de la presión por parte del Estado u otros actores políticos.

“Mientras más de la mitad de la población mundial acudirá a las urnas en 2024, RSF advierte de una tendencia preocupante revelada por el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2024: una disminución del indicador político, uno de los cinco indicadores detallados en el Índice. Los Estados y otras fuerzas políticas están desempeñando un papel cada vez menor en la protección de la libertad de prensa. Esta pérdida de poder va a veces de la mano de acciones más hostiles que socavan el papel de los periodistas, o incluso instrumentalizan a los medios mediante campañas de acoso o desinformación”, afirma Anne Bocandé, directora editorial de RSF.

A nivel internacional, este año se caracteriza por una clara falta de voluntad política por parte de la comunidad internacional para hacer cumplir los principios de protección de periodistas, especialmente la Resolución 2222 del Consejo de Seguridad de la ONU. La guerra en Gaza ha estado marcada por un número récord de violaciones contra periodistas y medios de comunicación desde octubre de 2023. Más de 100 reporteros palestinos han sido asesinados por las Fuerzas de Defensa de Israel, incluidos al menos 22 en el curso de su trabajo.

Ocupada y bajo constante bombardeo israelí, Palestina ocupa el puesto 157 entre 180 países y territorios encuestados en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de 2024, pero se encuentra entre los últimos 10 en lo que respecta a la seguridad de los periodistas.

Si bien 2024 es el año electoral más importante de la historia mundial, 2023 también fue testigo de elecciones decisivas, especialmente en América Latina, que fueron ganadas por autoproclamados depredadores de la libertad de prensa y la pluralidad de los medios, como Javier Milei en Argentina (de 26 a 66), quien cerró la agencia de noticias más grande del país en un acto simbólico preocupante.

Las elecciones suelen ir acompañadas de violencia contra periodistas, como en Nigeria (112º) y la República Democrática del Congo (123º). Las juntas militares que tomaron el poder mediante golpes de estado en el Sahel, especialmente Níger (del 19 al 80), Burkina Faso (del 28 al 86) y Malí (del 1 al 114), continúan reforzando su control sobre los medios de comunicación y obstruyendo las actividades de los periodistas. La reelección de Recep Tayyip Erdogan en Turquía también es motivo de cierta preocupación: en el puesto 158, la posición del país en el Índice sigue perdiendo puntos.

RSF informó que muchos gobiernos han intensificado su control sobre las redes sociales e Internet, restringiendo el acceso, bloqueando cuentas y suprimiendo mensajes que contienen noticias e información. Los periodistas que dicen lo que piensan en las redes sociales en Vietnam (174º) son encarcelados casi sistemáticamente. En China (172º), además de detener a más periodistas que en cualquier otro país del mundo, el gobierno continúa ejerciendo un control estricto sobre los canales de información, implementando políticas de censura y vigilancia para regular el contenido en línea y restringir la difusión de información considerada sensible o contrario a la línea del partido.

La caída general del indicador político también ha afectado al trío que encabeza la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Noruega, que sigue en primer lugar, ha visto una caída en su puntuación política, e Irlanda (8º), donde los políticos han sometido a los medios de comunicación a intimidación judicial, ha cedido su posición de liderazgo en la Unión Europea a Dinamarca (2º), seguida de Suecia (3º).

Respecto al contexto político en Turquía, RSF afirmó que “las elecciones de 2023, ganadas por Recep Tayyip Erdogan, estuvieron marcadas por las detenciones de decenas de periodistas kurdos. Sin embargo, ni la censura casi sistemática en línea, los procesos arbitrarios contra los medios de comunicación críticos ni la explotación del sistema judicial han permitido, hasta ahora, al ´hiperpresidente´ recuperar sus índices de popularidad, mientras continúa inmerso en un importante conflicto caso de corrupción y clientelismo político”.

“Las prácticas discriminatorias contra periodistas y medios de comunicación críticos, como privarles de sus pases de prensa, son habituales. Los jueces que cumplen las órdenes del gobierno intentan limitar el debate democrático censurando artículos en línea que abordan la corrupción y otros temas delicados. En este difícil entorno, algunos periodistas han intentado permanecer fieles a su misión de informar con total independencia y exigen el reconocimiento de un ´defensor del pueblo de los medios de comunicación´. La nueva legislación sobre ´desinformación´ constituye otra arma más en el arsenal opresivo del gobierno”, agregó.

RSF señaló que los miembros y líderes del partido ultranacionalista MHP, aliado del AKP del presidente Erdogan, no dudan en amenazar a los periodistas que se atreven a llamar la atención sobre cuestiones embarazosas: “Los casos de violencia contra periodistas durante las elecciones de 2019 resultaron en sentencias indulgentes o juicios interminables, poniendo de relieve la cultura de impunidad en el país. Los periodistas que se atreven a cubrir ataques al secularismo, el impacto de grupos religiosos (Tarikat) u organizaciones yihadistas regionales están cada vez más expuestos a amenazas”.