Como parte de una investigación iniciada por la Fiscalía General de Diyarbakır, los trabajadores y trabajadoras de prensa de la Agencia Mesopotamia (MA) Delal Akyüz y Fırat Can Arslan, la editora de T24 Sibel Yukler, el editor de Bianet Evrim Kepenek y el periodista Evrim Deniz fueron detenidos el 25 de julio. El periodista Fırat Can Arslan quedó bajo custodia preventiva, mientras que los demás periodistas fueron puestos en libertad bajo condición de control judicial. Durante la audiencia del 31 de octubre, Arslan fue absuelto de todos los cargos.
El trasfondo del proceso es un juicio contra 18 trabajadores de medios kurdos, que también está pendiente en Diyarbakır y aún continúa. Quince de los y las periodistas permanecieron en prisión preventiva durante más de un año, sin cargos y bajo vagos señalaminetos de "cargos de terrorismo". La larga detención se basó en el falso testimonio de un "testigo" anónimo.
Arslan fue acusado específicamente de difundir noticias sobre el fiscal Mehmet Karababa y su esposa. Este último redactó la acusación en el juicio contra los 18 trabajadores de los medios de comunicación. Durante el juicio también se supo que su esposa era miembro del panel de jueces que presidía el juicio. Para evitar un escándalo, fueron trasladados a nuevos tribunales por el Consejo de Jueces y Fiscales.
Otros cargos presentados contra Arslan fueron "propaganda de una organización terrorista" y "glorificación de criminales". Los cargos se basaban en acompañar y documentar el funeral de Nagihan Akarsel. La periodista, académica e investigadora de Jineolojî, nacida en Konya, en Anatolia central, fue asesinada el pasado mes de octubre por el servicio secreto turco (MIT) en la ciudad de Sulaymaniyah, en el sur del Kurdistán. En el marco de su funeral, la policía detuvo a dos trabajadores de los medios de comunicación, entre ellos Firat Can Arslan.
El juicio del corresponsal de MA Arslan fue supervisado por numerosas ONG de libertad de prensa, entre ellas la Asociación de Medios y Derecho (MLSA) y la Asociación de Periodistas Dicle Firat (DFG). La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) también siguió de cerca el proceso. Su corresponsal y representante en Turquía, Erol Önderoğlu, calificó el juicio de Arslan como una "acción de venganza" y habló de acoso legal. Dijo que el caso muestra claramente el alcance de la arbitrariedad en el poder judicial turco y el daño causado por él, que no puede ser compensado.
Arslan, liberado esta tarde de la prisión de Sincan en Ankara, fue recibido por miembros de su familia, miembros de la Asociación de Periodistas de Dicle Firat, la sección de Ankara de la Asociación de Abogados por la Libertad (ÖHD), los abogados de Arslan y la Asociación de Mujeres Periodistas de Mesopotamia (MKGD).