La periodista Esra Solin Dal, detenida recientemente en Turquía acusada de terrorismo, fue sometida a un cacheo al desnudo en la cárcel.

La agencia de noticias Mezopotamya (MA), para la que trabaja Dal, ha declarado que el incidente se produjo el sábado, después de que la periodista fuera trasladada a la cárcel de mujeres de Bakırköy, en la parte europea de Estambul. La redacción de MA calificó el proceso de "cruel e inhumano". La defensa de Dal anunció una demanda contra las autoridades penitenciarias.

La "acusación de siempre"

Esra Solin Dal ingresó en prisión preventiva en Estambul el viernes por la noche junto con sus compañeros Mehmet Aslan y Erdoğan Alyumat. La justicia turca acusa a los tres trabajadores de los medios de comunicación de practicar el "terrorismo" bajo la apariencia de periodismo. Son sospechosos de pertenecer al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una acusación habitual que las autoridades represivas turcas utilizan sistemáticamente contra las personas relacionadas de algún modo con la oposición kurda, la sociedad civil y los medios de comunicación libres. Otros seis miembros de la prensa detenidos en el marco de la misma investigación fueron puestos en libertad con cargos.

El cacheo al desnudo es una de las formas más graves de tortura contra la dignidad humana.

La asociación de periodistas Dicle-Firat (DFG) también ha denunciado el cacheo al desnudo que tuvo que soportar Dal en la cárcel. "El cacheo al desnudo es una de las formas más graves de tortura contra la dignidad humana", ha declarado en un comunicado la organización, con sede en Amed, condenando enérgicamente la agresión sufrida por la periodista. “Sin embargo, los medios de comunicación libres no pueden dejarse amilanar ni subyugar por agresiones como ésta. Nuestra resistencia a la represión sigue siendo firme, al igual que nuestro compromiso de denunciar la tortura”.

El TEDH condena a Turquía por cacheos humillantes

Aunque el gobierno turco lo niegue, los llamados cacheos sin ropa bajo custodia policial y en prisión se han restablecido como método popular de tortura en Turquía en la última década. Los cacheos, que a menudo implican el uso de la fuerza, tienen lugar mucho más a menudo de lo que se sabe y afectan tanto a los presos y presas como a sus familiares, especialmente a las mujeres. El movimiento de mujeres kurdas habla de "dominación patriarcal" sobre las mujeres en relación con los cacheos al desnudo, un método muy utilizado por las fuerzas británicas en el norte de Irlanda.

Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), los cacheos sin ropa pueden ser necesarios en determinados casos, por ejemplo para garantizar la seguridad en una prisión o evitar disturbios. Sin embargo, deberán llevarse a cabo de forma adecuada. Los comportamientos dirigidos a humillar a los presos y presas o a inducirles sentimientos de inferioridad demuestran una falta de respeto por su dignidad humana y constituyen trato degradante.

El TEDH ya condenó un caso de este tipo, ocurrido en 2016, como violación de derechos en una sentencia contra Turquía. Sin embargo, esto no impidió que el régimen de Ankara continuara con la práctica de los cacheos sin ropa. Las organizaciones de derecho civil de Turquía, incluidos varios colegios de abogados de las provincias kurdas, llevan años criticando los cacheos al desnudo como método sistemático de tortura.

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