El 8 de junio, la policía turca detuvo a 22 periodistas en Amed (Diyarbakir), Kurdistán del Norte. Las y los trabajadores de prensa fueron remitidos a los tribunales el 15 de junio después de 8 días de detención, y 16 fueron puestos bajo custodia.
Periodistas en Sulaymaniyah, Kurdistán del Sur, hablaron con el medio de comunicación Rojnews sobre el arresto y la represión de sus colegas en Kurdistán del Norte.
“Turquía se ha convertido en una enorme prisión para los periodistas. La mayoría de los periódicos y medios de comunicación están controlados por el gobierno. Detienen a todos los trabajadores de prensa que no hacen periodismo en nombre del gobierno”, denunció el periodista y activista ambiental Xalid Silêman.
Al definir a Turquía como “una prisión oscura para los periodistas”, Silêman continuó: “El tratamiento a los trabajadores de prensa en Turquía no cumple con ningún estándar democrático universal. El arresto de los periodistas kurdos muestra que Erdogan quiere introducir un régimen dictatorial en el país. Por eso quieren silenciarlos”.
Nehro Salih condenó el arresto de las y los periodistas kurdos y expresó su esperanza de que las instituciones que promueven los derechos de los trabajadores de prensa no permanezcan en silencio ante la represión del gobierno turco contra los miembros de la prensa.
“Los periodistas arrestados en Turquía representan la voz libre de los ciudadanos que quieren que sus voces se escuchen allí y en Kurdistán del Norte. Hay un gran ataque a nuestros logros en Kurdistán del Norte. Condenamos estos ataques contra periodistas”, agregó Salih.