Un periodista de la AM dice que la tortura es política de Estado

El periodista de la Agencia Mezopotamya Enes Sezgin fue golpeado por varios racistas y por la policía mientras cubría una noticia: “La tortura es política de Estado”.

Una turba racista atacó a unos jóvenes tras la declaración que hicieron en la plaza Taksim Tünel para protestar por el asesinato racista de una familia kurda de siete personas en Konya. La acción fue organizada por las Fuerzas de Trabajo, Paz y Democracia de Estambul.

Muchas personas resultaron heridas en el ataque, entre ellas el periodista de la Agencia Mezopotamya (AM) Muhammed Enes Sezgin y el periodista de Özgür Gelecek Taylan Öztaş. La policía, por su parte, detuvo a 6 personas, entre ellas a Sezgin y a Öztaş, en lugar de a los agresores. Los periodistas, que fueron golpeados por la policía durante la detención, fueron liberados posteriormente.

El periodista Sezgin habló con la AM sobre lo que vivió. Dijo que fue blanco del ataque racista mientras cubría la noticia: “Estaba siguiendo el comunicado de prensa y haciendo fotos cuando la turba atacó primero a la gente y luego a los periodistas. Un policía y otros cuatro individuos nos atacaron a mí y a otras trabajadoras de la prensa. Las agresiones contra los periodistas se producen no solo aquí, sino en todas partes. Cuando el grupo racista se disolvió, me senté en el parque y empecé a escribir mi historia. Uno de los racistas me señaló a la policía y ésta empezó a venir hacia mí. Al mismo tiempo, la policía acordonó la zona. El grupo racista siguió creciendo. Un agente de policía miró mi documento de identidad, me esposó hacia atrás y me tumbó en el suelo. Aunque dije que era periodista, me insultó y me dijo: ‘cállate y no hables’”.

Sezgin dijo que lo detuvieron con el pretexto de que había una denuncia contra él, pero no le dieron ninguna información sobre la denuncia. “Me metieron en un coche y me llevaron a la comisaría de Kasımpaşa. En cuanto entré en la comisaría, las cuatro personas que estaban detenidas conmigo fueron llevadas a una habitación trasera. Nos llevaron a una sala que podríamos llamar ‘la habitación de tortura’ de la comisaría. No había cámaras y era estrecha. Nos golpearon y torturaron a todos en la sala. Un numeroso grupo de policías cayó sobre nosotros y nos golpeó en la cara y en los brazos. Nos llamaron uno a uno. A mí me querían registrar al desnudo, pero no lo acepté y volví a sufrir violencia policial. Luego nos pusieron en fila. Nos decían: ‘ponte de cara a la pared, apoya la cabeza en la pared’. Y finalmente, nos llevaron al hospital para que nos revisaran”.

Sezgin dijo que la policía lo golpeó mientras lo llevaban al hospital para examinarlo y que una vez allí volvieron a ponerlo boca abajo. “Luego nos llevaron a otra comisaría desde el hospital y allí nos volvieron a golpear. Cuando estaba en la comisaría, volví a decir que era miembro de la prensa, y me golpearon aún más”.

Sezgin afirmó que los guardias les torturaron y añadió: “Tengo huellas de tortura en muchas partes de mi cuerpo. He recibido un informe médico de agresión e interpondré una denuncia”.

Sezgin continuó: “Esta tortura de periodistas y ciudadanos es una política de Estado. Mientras nos llevaban al hospital en el coche de la policía, un agente dijo: ‘No metáis a estos perros en la cárcel. No dejéis que coman la comida del gobierno. Lo mejor es llevarlos a un campo vacío y dispararles en la cabeza’”.