Harot Kevork tiene 61 años. Él es el último armenio que vive en Afrin. Su familia sobrevivió al Genocidio Armenio y fueron desterrados a Azaz y luego a Aleppo. Hace unos 50 años, la familia de Kevork se estableció en Afrin y comenzó a trabajar como herrero.

Hoy Kevork tiene un pequeño negocio de ferretería en el cruce de Vatani. Hubo muchas empresas propiedad de armenios en la misma área pero ahora se han ido.

"Logramos construir una vida en común con todos los pueblos. Estamos de pie con nuestra ciudad. Turquía continúa su ataque contra los pueblos durante más de 100 años. Están masacrando niños tal como masacraron entonces. El genocidio nos encontró después de 100 años", dijo Kevork.

Kevork llamó a Turquía para detener los ataques y le preguntó "¿No has matado a la mayoría de estas personas?". Señaló que Afrin es la única región donde no hubo guerra y dijo: "¿por qué intentan destruir una ciudad que se convirtió en un refugio seguro para todos?".

"Fuimos desterrados de nuestra tierra natal. Vinimos aquí, pero ahora están tratando de expulsarnos de aquí. Queremos que esta guerra y estos ataques terminen. ¡Todos nos oyen! Este es nuestro llamado a todos los pueblos del mundo", dijo Kevork.