Peace in Kurdistan se solidariza con las mujeres de Irán y Rojhilat
Peace in Kurdistan emite una declaración en solidaridad con las mujeres de Irán y Rojhilat que luchan por la libertad.
Peace in Kurdistan emite una declaración en solidaridad con las mujeres de Irán y Rojhilat que luchan por la libertad.
Peace in Kurdistan ha emitido una declaración en solidaridad con las mujeres de Irán y Rojhilat y con todos los que resisten al régimen teocrático represivo tras el asesinato de Jîna ‘Mahsa’ Amini.
El comunicado dice: “Han estallado protestas en todo Irán y en todo el mundo en respuesta a la muerte bajo custodia policial de la joven kurda de 22 años Jîna ‘Mahsa’ Amini en Teherán.
Mahsa no participaba en actividades políticas en el momento de su detención. No protestaba contra el régimen iraní. No estaba involucrada en ninguna actividad ilegal. Simplemente, estaba visitando la capital con su familia y ocupándose de sus asuntos cuando fue recogida y detenida por miembros de la policía de la moral del país. El único delito de Jîna Amini fue que se consideró que llevaba su hijab de una manera que no se ajustaba al estricto código de vestimenta impuesto por el gobierno.
Fue detenida inmediatamente, donde supuestamente fue golpeada con dureza y torturada en circunstancias que no están nada claras. Sufrió una fractura de cráneo y murió a causa de las lesiones sufridas. Los funcionarios iraníes discuten los detalles de su muerte, pero el hecho irrefutable es que murió y al morir se ha convertido en la última víctima de un régimen ampliamente odiado y represivo”.
El comunicado sigue: “Lo que comenzó como una protesta en respuesta a la brutal muerte de esta joven se ha convertido rápidamente en un movimiento social multitudinario que tiene la capacidad de hacer temblar los cimientos de la República Islámica de Irán. Los kurdos y las kurdas, en particular, llevan mucho tiempo sufriendo la represión del régimen, y el hecho de que Jîna ‘Mahsa’ Amini fuera del Kurdistán añade un significado específico a su muerte para el pueblo kurdo, que ha resistido valientemente a los gobernantes teocráticos de Irán durante muchas décadas.
Más de 40 personas han muerto a lo largo de todo el país, incluidos niños, desde que comenzaron estas protestas. Varios centenares más han sido detenidos mientras el movimiento cobra fuerza y el régimen reacciona de la única manera que sabe: con más represión y una salvaje restricción.
La indignación por la muerte de Amini ha encendido así la mecha de una resistencia popular más amplia que abarca a hombres, mujeres, jóvenes, iraníes, kurdos, todas las comunidades étnicas y diferentes grupos sociales unidos contra un régimen que recurre a la represión incluso contra los más pequeños signos de disidencia”.
Peace in Kurdistan dice que se solidariza “plenamente con todas las valientes mujeres de Irán que protestan dentro del país y en todo el mundo.
En esta creciente resistencia que se está construyendo tras el asesinato de Amini, está naciendo una nueva sociedad. Aunque la desaparición del régimen teocrático no sea todavía inminente, sus últimos días se acercan cada vez más a medida que aumentan las muertes y las víctimas de la tortura.
Los días están contados para cualquier régimen que no atienda las verdaderas demandas sociales de su pueblo y ningún grupo puede mantener su control del poder indefinidamente sólo mediante el uso de la coerción. El creciente movimiento de protesta en todo Irán marca el principio del fin de la República Islámica y el nacimiento de una nueva sociedad”.
La declaración finaliza: “El futuro Irán por el que luchan los kurdos, kurdas y otros sólo puede fundarse sobre la base del libre desarrollo de todos los pueblos que viven en ese país y que comparten sus tierras. La plena igualdad de hombres y mujeres, como ha defendido constantemente Abdullah Öcalan, es un requisito esencial para la construcción de la nueva sociedad en el Kurdistán y en todo Oriente Medio. Las esperanzas y aspiraciones de quienes arriesgan sus vidas para desafiar al régimen de Teherán representan hoy ese futuro emergente en el que los derechos de todos los pueblos, hombres y mujeres por igual, serán plenamente respetados.
Las mujeres están a la vanguardia de esta lucha histórica que se está convirtiendo rápidamente en una fuerza imparable que verá el barrido de todas las odiadas teocracias, junto con sus reglas arcaicas y códigos antediluvianos. Tan inevitablemente como el día sigue a la noche, el pueblo prevalecerá”.
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