La combatiente de las YPJ Çiçek Kobanê (nombre civil: Dozgin Temo) cayó en cautiverio de la milicia yihadista Ahrar al-Sham en Ain Issa, en el norte de Siria, en octubre de 2019. El grupo forma parte de las tropas proxy yihadistas de Turquía y participa en la invasión de Rojava. Tras su captura, la kurda de Kobanê, nacida en Raqqa, fue llevada al otro lado de la frontera, a territorio turco. Desde entonces está recluida en una prisión de alta seguridad en la provincia de Urfa, fronteriza con Siria. El 23 de marzo de 2021, la combatiente de las YPJ fue condenada a cadena perpetua en Urfa tras su deportación a Turquía, en violación del derecho internacional. Sin embargo, el tribunal de Urfa consideró probado que la joven había destruido la unidad e integridad del Estado turco y había cometido asesinatos.
La luchadora de las YPJ no sólo fue condenada a cadena perpetua agravada por "perturbar la unidad y la integridad territorial del Estado turco", sino también a 10 años y 10 meses de cárcel por "asesinato deliberado".
El 11 de junio de 2021, la 3ª Sala de lo Penal del Tribunal Regional de Antep remitió la sentencia al Tribunal de Casación para su aprobación.
Como se esperaba, el Tribunal de Casación ha confirmado la sentencia de prisión dictada contra la combatiente de las YPJ.
Tras la captura de Çiçek Kobanê, aparecieron en las redes online fotos y vídeos que anunciaban su inminente ejecución. Los islamistas presentaron a Kobanê como prisionero y gritaron: "Al matadero, al matadero".
Durante la vista celebrada en el 5º Tribunal Penal de Urfa el 28 de julio de 2021, Çiçek Kobanê declaró que no participaba en acciones armadas, sino que prestaba ayuda humanitaria a la población civil que en el momento de su captura se encontraba en el norte de Siria. Por primera vez también comentó los antecedentes de sus lesiones y declaró que le habían disparado dos veces en la pierna después de haber sido herida cuando fue capturada. Antes de su traslado al centro de detención de Urfa, a Kobanê se le insertó una planta de platino en el pie durante una operación. Evidentemente, la operación no tuvo éxito, ya que desde entonces no puede levantarse por sí misma ni cuidarse. No sería la primera vez que las operaciones médicas de los prisioneros kurdos son deliberadamente chapuceras.
El abogado de Çiçek Kobanê, Hidayet Enmek, declaró ante el tribunal que no había ni una sola prueba que respaldara las acusaciones contra su cliente. Sólo una transcripción de su declaración formó parte de la toma de pruebas. Además, el abogado volvió a criticar que todavía no estaba claro quién había "detenido" a Kobanê ni cómo se había producido la detención. "El acta de acusación tampoco indica de qué manera fue herida", dijo Enmek, y pidió al tribunal que solicitara los documentos pertinentes a la policía militar competente.
Noticias relacionadas: