Celebrando la liberación de Raqqa

Hace un año, la ciudad de Raqqa fue liberada por las Fuerzas Democráticas Sirias, que asestaron un duro golpe al Daesh.

Raqqa fue ocupada por el Daesh hace unos años. Aquí el Califato puso a prueba sus reglas, imponiendo un estricto código de conducta a los ciudadanos que no pudieron escapar. Miles se las habían arreglado para huir, pero para muchos otros esos cuatro años bajo el dominio del Daesh demostraron ser una auténtica pesadilla.

Los hombres del Califato no tuvieron ningún problema en robar, destruir, o matar civiles cuando estos desobedecían sus “reglas” o simplemente se comportaban como “infieles”. Raqqa fue declarada la capital del Califato y literalmente cayó en la oscuridad.

Los pocos testimonios e imágenes que salieron de la ciudad durante aquellos cuatro años hablaban de muerte, ejecuciones, decapitaciones, violaciones de mujeres, hombres y mujeres reducidos a esclavos…

Estos cuatro años no serán olvidados por la gente de Raqqa, así como la plaza central Naim fue transformada en un río de sangre.

Pero entonces, el 17 de octubre de 2017, la ciudad de Raqqa fue liberada por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), conformadas principalmente por militantes kurdos de las YPG y las YPJ (Unidades de Defensa Popular y de las Mujeres), árabes, siriacos, yazidíes, caucásicos y armenios.

La larga batalla para liberar la ciudad duró 135 días y muchos combatientes de las SDF pagaron con su vida el compromiso de liberar a la gente de la esclavitud a la que los mercenarios del Daesh les habían reducido.

La Madre Khadijah fue la última civil en ser rescatada por las SDF y la liberación de la ciudad fue entonces anunciada.

Las fotos y los vídeos de la gente de aquel día recorrieron el mundo entero. Todas mostraban el alivio, pero una imagen en particular quizás captó el sentido de la liberación de los miles de ciudadanos de Raqqa y los supervivientes vivido ese día: una mujer quitándose con rabia un burka negro que le habían forzado a llevar. Lo tira al suelo mientras una sonrisa toma forma en su boca.

ANF habló con algunas personas, ya que gracias a las nuevas tecnologías se pueden establecer conexiones sin importar dónde te encuentres.

Nizar dijo entonces: “Imagina estar cinco años en la oscuridad. Sin música, sin salir, sin reír, sin besos, sin niños jugando en las calles… y si eres mujer, incluso peor. No solo teniendo que llevar burka, sino además corriendo el riesgo de ser secuestrada y violada por esos mercenarios”.

Ehmedê Huseyin, poeta que preside la Asociación de Intelectuales del Oeste de Rojava, dijo en un evento a principios de este año: "Los artistas pueden crear vida de la muerte. El rol de los intelectuales durante los tiempos de guerra es muy importante. La plaza Naim fue un lugar de miedo y muerte, pero hoy se ha convertido en una plaza de color, felicidad y belleza”.

Los ciudadanos compartieron la visión de que “las Fuerzas Democráticas Sirias liberaron ambas, la tierra y la humanidad”. La plaza Naim fue un lugar de oscuridad, decapitaciones, y olía a muerte. Aquí las mujeres eran vendidas como esclavas, pero hoy se ha convertido en una plaza de diversión, felicidad y colores.

Portando su uniforme militar, la combatiente de las Unidades de Defensa de la Mujer y pintora, Sema Kobanê, intervino en una exhibición que se celebró a principios de este año diciendo: “Me prometí a mí misma que no abandonaría ni mi arma ni mi pincel. Es cierto que estamos en tiempos de guerra pero el terror acabará. Ese es el motivo por el que es tiempo de llevar un rifle. Pero la vida se vuelve hermosa con arte y este es el motivo por el que el color o mi pincel representan el futuro. Hoy estoy aquí, en esta plaza, con lo que puedo eliminar la oscuridad y pintar mi color”.

Uno de los ciudadanos de Raqqa envió a ANF por medio de WhatsApp el siguiente mensaje: “Hace tan sólo unos pocos años, no podía caminar por esta plaza por temor al Daesh, en tanto que era una plaza de muerte. Aquí, cientos de personas han sido decapitadas por los terroristas”.

En la Conferencia de Mujeres de Frankfurt, el día 7 de octubre, Khawla al-Issa Alhamoud, una mujer árabe de Raqqa, contó a ANF cómo el régimen del Daesh convirtió a las mujeres en un objeto sexual: “El cuerpo se tiene que cubrir, no puedes andar por las calles. Para los mercenarios del Daesh las mujeres son una vergüenza, un objeto a despreciar”.

Al-Issa Alhamoud es “uno de los pocas miembros de mi familia que ha sobrevivido a los ataques del Daesh. Fui atacada, pero sobreviví. Y decidí participar en la libertación de mi ciudad y colaborar en el proceso de liberación de las mujeres”.

Al-Issa Alhamoud es miembro del Consejo de Mujeres de Raqqa, que organiza cursos y entrenamientos para mujeres para “empoderarles y enseñarles que somos las bases de la libertad y tenemos que reclamar nuestro rol prominente en la historia antigua. Fue el sistema patriarcal el que convirtió a las mujeres en objetos de reproducción sexual, teniéndose que ocupar de la casa y los niños”.

Al-Issa Alhamoud es consciente de que “todavía hay mucho que hacer”, pero se muerta segura y positiva. Sonríe y dice: Estamos aquí para quedarnos. Nadie volverá a arrinconarnos”.

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