La co-alcaldesa del municipio de Siirt, Sofya Alağaş, declaró a ANF que, desde el nombramiento del fideicomisario, han estado protestando y han anunciado que celebrarán manifestaciones todos los viernes.

El 29 de enero, el Ayuntamiento de Siirt fue tomado ilegalmente y se nombró a un síndico.  Es la tercera vez que se usurpa la voluntad del pueblo de Siirt. Desde las elecciones locales del 31 de marzo de 2024, se han nombrado fideicomisarios en un total de diez municipios. Estos municipios son: Hakkari, Esenyurt, Municipio Metropolitano de Mardin, Batman, Halfeti, Tunceli, Ovacık, Bahçesaray, Akdeniz y Siirt. A pesar de estos nombramientos, el pueblo sigue defendiendo su voluntad democrática.

El pueblo kurdo sólo es visto como sirviente 

Alağaş afirmó que el gobierno no quiere que los kurdos tengan ningún derecho ni la capacidad de gobernarse a sí mismos, y añadió: "Aunque sean elegidos, los kurdos no pueden gobernarse a sí mismos. La perspectiva del gobierno es clara: Kurdistán es una colonia y sólo puede ser gobernada como tal. Los kurdos sólo están para servir. Ven a los kurdos como meros sirvientes.

Por eso, incluso cuando los kurdos eligen a sus propios representantes por medios democráticos, el gobierno no puede tolerarlo. Entramos en las elecciones, ganamos, pero de repente dicen: 'No lo apruebo. No podéis representar la voluntad del pueblo', y nombran a un administrador. ¿Cómo podemos justificar esto en un marco lógico? Estas elecciones se celebran en nombre de la democracia, pero se engaña al mundo entero. Esto no es más que negar la voluntad del pueblo kurdo, negarse a reconocer su derecho a elegir a sus propios representantes."

Alağaş: Los síndicos convierten el municipio de Siirt en una comisaría

Alağaş dijo que llevan una semana protestando frente al municipio y que seguirán haciéndolo todos los viernes. Y añadió: "No solo haremos declaraciones, sino que desenmascararemos a la administración fiduciaria mediante diversas acciones y actos. Expondremos toda la corrupción y las irregularidades cometidas por el síndico designado. El hecho de que hayan llegado no significa que nos vayamos a casa, nos sentemos y no hagamos nada mientras gobiernan cómodamente. Denunciaremos todos sus movimientos. Cada paso que dan es ilegal y una violación de los derechos. De hecho, su mera presencia allí es una violación de la voluntad popular. Por ejemplo, el edificio municipal se ha convertido ahora en una comisaría de policía. Ya no es un edificio de servicio público. El patio está lleno de vehículos de detención y de policías antidisturbios. Un ciudadano que contempla esa escena no ve un edificio municipal, sino una comisaría de policía. ¿Cómo se pueden prestar servicios a la gente en estas circunstancias? No tenemos intención de permitir que el fideicomisario gobierne sin ser molestado".