El AKP pasa la factura de la crisis a la población

Con la excusa de evitar el fraude en el consumo eléctrico, el régimen del AKP ha ejecutado una serie de medidas, solo en pueblos kurdos, que de hecho han multiplicado por 5 las facturas eléctricas de la población.

La crisis económica, espoleada por las políticas del Presidente de la República de Turquía y en concreto su política de guerra, se hace ahora también palpable en las políticas eléctricas en la provincia de Kurdistán Norte de Hakkari (Colemêrg). El estado ha retirado los contadores de consumo de las casas de la población y las ha instalado en la parte superior de los postes de electricidad. Bajo el pretexto de “evitar el robo de electricidad”, las facturas eléctricas se han disparado. Las medidas solo se aplican a los pueblos kurdos.

Las acciones del gobierno del AKP deben ser entendidas como parte de un embargo económico contra la población kurda, que incluye, entre otras medidas, el cierre de pasos fronterizos vitales para la economía de la zona, y con ello una política de ahogamiento del sector agrícola, que también se ve afectado gravemente por la imposición de zonas militares restringidas.

El precio de la luz se ha multiplicado por 5

Debido a la crisis económica y el embargo impuesto a la provincia de Hakkari, la tasa de desempleo se ha disparado hasta el 50%. El año pasado, el estado comenzó la política de retirada de los contadores de consumo eléctrico de los hogares de la población, para instalarlos en la parte superior de los postes eléctricos.

De esta manera el precio de la electricidad, que solía oscilar entre las 40 y 50 liras por hogar, se ha multiplicado por 5. La empresa encargada de gestionar la red eléctrica, VEDAS, ha comenzado a emitir facturas sin tan siquiera hacer las lecturas pertinentes de los contadores. La población ha reaccionado con enfado ante los incrementos en los precios de la energía y sitúan este incremento de los precios en el contexto de la crisis económica de Turquía.

Los medidores de consumo de electricidad son arrancados de los postes

La población informa que incluso en casas vacías se están recibiendo facturas con cantidades astronómicas y denominan esta práctica como “un robo”: “Antes, los contadores estaban en las casas. Cada semana, un trabajador venía y preparaba la factura tras leer el contador. La factura más alta solía ser de unas 50 liras. Pero ahora, con la excusa de evitar el robo, los contadores están situados en las partes más altas de los postes eléctricos, y la lectura de ellos se hace automáticamente desde la central. Nuestra casa está en una aldea. Nunca vamos en invierno. Aún así, nos han pasado una factura altísima. En Hakkari todas las formas de represión y de embargo económico están siendo ejecutadas por el AKP. Pero es que ahora están atacando directamente el dinero que tenemos en los bolsillos. De esta manera nos roban. Tratan de hacernos pagar la factura de la crisis”.