Elî Qazî fue uno de los últimos testigos contemporáneos de la República de Mahabad, símbolo de la voluntad independentista kurda. El ex diplomático y ex presidente del Partido de la Libertad del Kurdistán (Partiya Azadiya Kurdistanê, PAK) ha fallecido en Bonn a la edad de 88 años. Para la sociedad kurda, su muerte supone una pérdida insustituible.
Elî Qazî -también Ali Ghazi- nació en diciembre de 1933 en la ciudad de Mahabad, en el Kurdistán oriental. La ciudad está situada a un centenar de kilómetros al este de la frontera con Irán, en una meseta bordeada por las estribaciones de los montes Zagros. Elî Qazî tenía trece años cuando su padre Qazî Mihemed proclamó la Komara Kurdistanê autónoma poco después de la Segunda Guerra Mundial y declaró Mahabad su capital. Pero sólo duró once meses. Su presidente Gazî Mihemed y dos de sus compañeros de armas fueron ahorcados por Irán en marzo de 1947 en la plaza de Çarçira de Mahabad.
Elî Qazî fue testigo de las ejecuciones. Llegó a Alemania, fue a la escuela allí y estudió. En tiempos del Sha fue jefe de departamento en la embajada persa en Bonn, y en los años 90 actuó como mediador entre Abdullah Öcalan y el gobierno alemán. Fue la época en la que se prohibió al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) operar en Alemania. También fue Elî Qazî quien acompañó al político de la CDU Heinrich Lummer a la sede del PKK en Damasco (Siria) en 1995. Autorizado por Öcalan, Qazî negoció con Bonn la reducción de los juicios alemanes a los miembros del PKK. Esto le puso en el punto de mira del servicio secreto turco MIT, que inmediatamente puso en marcha una trama. Se habló de un supuesto blanqueo de dinero, y Elî Gazî tuvo que pasar más de tres semanas en prisión preventiva en Bonn en 2013 por este escenario con Ankara como punto de partida.
Al menos tres intentos de asesinato tuvieron como objetivo a Elî Qazî a lo largo de su vida, y sobrevivió a todos ellos. Su hermana Efat Qazî tuvo menos suerte: fue asesinada en 1990 en su exilio en Suecia al abrir una carta bomba dirigida a su marido. El atentado no pudo ser resuelto, pero se atribuye al régimen iraní.