El Frente de Izquierda de Brasil ha emitido un comunicado en solidaridad con la copresidenta del DTK y diputada del HDP por Hakkari, Leyla Güven, quien ayer cumplía 100 días de ayuno de su huelga de hambre indefinida contra el régimen de aislamiento impuesto al líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan.

El comunicado, publicado ayer, dice lo siguiente:

“Hoy es el centésimo día de la huelga de hambre de Leyla Güven. El 7 de noviembre de 2018, la diputada del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) anunciaba una huelga de hambre indefinida en protesta por el aislamiento de los presos políticos kurdos y el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) Abdullah Öcalan, condenado a cadena perpetua y encarcelado desde 1999. Güven ha sido objetivo del gobierno turco por protestar contra la invasión militar ilegal de las regiones kurdas, y las continuas violaciones de los derechos humanos. El 31 de enero de 2018 fue encarcelada y sentenciada a 31 años y 6 meses de prisión.

El Estado turco ha estado persiguiendo a los kurdos, así como a los armenios, cristianos y otras minorías étnicas desde su creación en 1923. A los kurdos se les han negado sus derechos humanos más básicos, su territorio, su idioma, su cultura y su identidad. Se espera que cambien sus nombres personales para acceder a servicios públicos como la educación y para encontrar trabajo en el sector público o en las empresas turcas. Muchas personas kurdas, para poder sobrevivir en esta sociedad extremadamente racista, tienen dos nombres, uno para “asuntos públicos” y otro que utilizan en su comunidad kurda. Todos los aspectos de la vida kurda han sido negados. Según el Dr. Hussein Tahiri, la política de asimilación del Estado turco caracteriza un genocidio cultural, tal como se definió en el borrador de 1994 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas: ‘la destrucción del patrimonio cultural de un grupo de tal manera que el grupo como entidad distinta deje de existir’. Debido al fuerte debate, este borrador se eliminó de la versión final del documento.

Cuando los kurdos se resisten al Estado turco reafirmando su existencia, también experimentan un genocidio físico (Tahiri, 2018), así como otras formas de coerción, como el encarcelamiento en masa. Tal violencia y la negación de sus derechos más básicos rara vez reciben atención internacional. En 2000, otra huelga de hambre con el objetivo de poner de relieve la situación en Turquía terminó con la muerte de 122 presos políticos.

Este lunes, la policía detuvo una manifestación en apoyo de los huelguistas. Impedido para marchar, el copresidente de HDP, Sezai Temelli, leyó un comunicado de prensa en el que expresaba sus razones para hacerlo: “Nos hemos reunido aquí para crear conciencia sobre la protesta en la que Leyla Güven se encuentra, quien ya lleva 96 días de huelga de hambre. Nuestro querido Nasır Yağız lleva 83, más de 300 detenidos y convictos 57, y Sebahat Tuncel y Selma Irmak 27”.

Como brasileños, no esperamos ningún tipo de solidaridad por parte de nuestro gobierno, liderado por un presidente que ha sido comparado con el presidente turco Erdogan debido a su autoritarismo compartido y su expresivo disgusto por los derechos humanos. Bolsonaro ya ha demostrado una profunda falta de sensibilidad hacia los asuntos políticos de Oriente Medio con sus intenciones de trasladar la embajada de Brasil en Israel a Jerusalén. Nuestro objetivo es, al unirnos a la llamada de Angela Davis, los diputados de izquierda en el Parlamento Europeo y muchos otros activistas, apelar a la solidaridad internacional con los kurdos. Para acabar con las prisiones cerradas tipo E como una solicitud mínima de cara a poner fin a las violaciones de los derechos humanos en Turquía. Para acabar con el aislamiento de por vida de Öcalan.

Öcalan, Güven y el pueblo kurdo están siendo criminalizados por luchar por su derecho a la vida y por la autodeterminación. La huelga de hambre es el último acto de resistencia al que una persona puede recurrir. Al mantener la oposición política en las celdas, Erdogan asume que no encontraría ninguna resistencia contra su gobierno. Él espera que el mundo los olvide.

El gobierno turco no ha mostrado intención de dialogar con los manifestantes. Güven dice que será un ataque de muerte si es necesario. En respuesta a las preocupaciones de su hija Sabiha Temizkan por su vida, Güven respondió que “otros niños están sufriendo, otras madres están llorando”. Es la lucha de todo un pueblo.

Para detener este sufrimiento y apoyar la causa kurda, puedes presionar al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura para que a su vez presione a Turquía para que ponga fin al aislamiento de Abdullah Öcalan. Puedes escribir a tu diputado local para que lleve el problema a tu gobierno nacional con el fin de que este haga lo mismo. También puedes encontrar a continuación una petición que puedes firmar. Difundir la palabra.

Enlace para la petición: https://www.change.org/p/leyla-guven-petition-for-leyla-guven

Leyla Güven está sentenciada a 31 años y 6 meses de prisión. Ha sido objeto del Estado turco desde 1994, cuando se unió a la Organización de Mujeres del Partido de la Democrático de los Pueblos (HADEP). Güven dedicó su vida a la lucha por los derechos humanos y la liberación de las mujeres. Es una figura importante en el movimiento kurdo que defiende la autonomía no solo del pueblo kurdo sino de los pueblos en general. El confederalismo democrático, como cuerpo teórico del movimiento, propone una nueva forma de organización social, desafía los roles de género rechazando el dominio de los hombres y defiende una sociedad respetuosa con el medio ambiente sin distinción de poder entre diferentes minorías étnicas, que se unen en un sistema político organizado por Consejos. Tal proyecto está en curso en la ciudad de Amed”.