Al evaluar el llamado del líder Apo, el presidente de la Fundación para la Paz, Hakan Tahmaz, dijo que la razón de existencia de la fundación es acabar con la violencia y los conflictos.

Tahmaz dijo: "Hoy, Öcalan sólo ha pedido el fin de las armas. Creemos que esto debe evaluarse como una gran oportunidad. Es una oportunidad grande y valiosa. En la situación actual, se deben tomar medidas políticas y jurídicas que hagan que los kurdos se sientan iguales. Se debe crear un entorno político para ello. Se necesita una hoja de ruta. Porque hay puntos importantes en el llamado de Öcalan. ¿Qué pasará con aquellos que decidan dejar las armas? ¿Cómo participarán estas personas en la vida social? La voluntad política definirá cómo se llevará a cabo esto. No sé si la voluntad actual lo describirá o no, pero si se produce un abandono de las armas, la ciudadanía igualitaria debería cobrar vida. En este sentido, el llamamiento de Öcalan a una vida democrática y común apunta a una situación política. La pelota está ahora en el tejado de Ankara". 

Tahmaz, que también llamó la atención sobre el contenido del texto, dijo: "En el llamamiento de Öcalan hay una frase 'El Estado-nación separado, la federación, la administración autónoma y las soluciones culturalistas, que son los resultados inevitables de la deriva nacionalista extrema, no pueden ser una respuesta a la sociología histórica de la sociedad'. Con esta frase, Öcalan presenta en realidad un nuevo paradigma. Las políticas represivas contra los kurdos y contra la ciudadanía igualitaria en la Constitución deben terminar. Debe construirse una línea de paz social que exija la aplicación de la justicia y la ley para todos. Se hizo un llamamiento a deponer las armas, pero nuestros problemas basados ​​en la ciudadanía igualitaria siguen siendo permanentes".