Unas 32 personas fue el lamentable saldo de muertes que dejó el atentado suicida, además de un centenar de heridos ayer jueves en un doble atentado suicida contra un mercado en el centro de Bagdad. El ataque fue revindicado por el ISIS, lo cuál trae una doble preocupación, ya que hace varios años que no hay atentados de esta magnitud en la región en manos del Estado Islámico.
Yehia Rasool, portavoz militar iraquí, manifestó que dos suicidas se han hecho estallar cuando eran perseguidos por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, varios testigos entrevistados por las cadenas locales de televisión han dicho que el primer suicida fingió encontrarse mal para atraer la atención antes de detonar sus explosivos y el segundo actuó cuando la gente acudía a ayudar a las víctimas.
Este atentado, en el mismo día que Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos, con la historia que la política exterior estadounidense tiene en Oriente Medio y sobre todo en Irak, y lo que se espera de esta gestión al respecto, sumado a la crisis política actual en Irak, hacen suponer que ISIS pretende dar una señal, y demostrar que aún están activos, denuncias que las SDF vienen realizando hace más de un año, y que tiene relación con el apoyo, entre otros, de Turquía, a la recuperación del grupo mercenario.