El Congreso Nacional del Kurdistán (KNK) emitió una declaración instando a la comunidad internacional a tomar "acciones inmediatas y solidaridad para abordar estas violaciones y evitar una mayor escalada".
En el comunicado se afirmó: "En las últimas semanas, tras la caída del dictador Bashar al-Assad, el norte de Siria y Rojava han sido escenario de graves ataques. Lo que debería haber marcado el inicio de un diálogo pacífico y una transición democrática se ha convertido en un campo de batalla para intereses extranjeros, amenazando la estabilidad de la región".
Civiles muertos en la zona de la presa de Tishrin
El comunicado añadió: "Los ataques de las fuerzas turcas se han centrado en dos puntos críticos: el puente Qara-Qozak y la presa de Tishrin. Estos dos lugares representan vínculos vitales entre Manbij y Kobane, y el control de estos lugares es crucial para que el Estado turco avance en su deseada invasión. Los daños a la infraestructura de la presa pueden tener consecuencias catastróficas para hasta un millón de personas río abajo, lo que amenaza las vidas y los medios de subsistencia en centros urbanos como Raqqa y las zonas circundantes.
El Estado turco sólo ha intensificado sus ataques, atacando a civiles reunidos en la presa y zonas civiles cercanas con drones, aviones de guerra F-16 y artillería, lo que ha provocado muchas víctimas".
La declaración instó a la comunidad internacional a adoptar "medidas inmediatas y solidaridad para abordar estas violaciones y evitar una mayor escalada. Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones internacionales de las que Turquía es miembro para que las presionen para que respeten el derecho internacional y pongan fin a su campaña de limpieza étnica. Hay que presionar a Turquía para que controle a sus fuerzas aliadas y respete de inmediato los ceses del fuego existentes".