"La inacción europea no nos ha dejado otra opción que la huelga de hambre indefinida"

En este artículo, el huelguista de hambre en Estrasburgo, Kardo Bokanî, explica las razones que les han llevado a realizar una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias. "Estamos determinados a mantener la lucha hasta el último minuto".

Una huelga de hambre es un acto de desobediencia civil realizada contra la injusticia, la opresión y la tiranía. Es un acto simple, ya que no requiere de muchos recursos de movilización. Cualquiera puede hacerla a pesar de no contar con recursos. Pero, al mismo tiempo, es un acto muy serio que requiere de una voluntad y una determinación inmensas y una causa noble por la que merezca poner tu vida en riesgo.

Como grupo, 15 activistas kurdos, incluyendo un académico, un periodista y un diputado, iniciamos una huelga de hambre indefinida el 17 de diciembre de 2018 en Estrasburgo. El objetivo de la acción es acabar contra el inhumano régimen de aislamiento impuesto al líder kurdo Abdullah Öcalan.

Öcalan se encuentra en régimen de aislamiento en la isla-prisión de Imrali desde 1999. Öcalan no es un simple preso político. En primer lugar y sobretodo es una figura reverenciada por millones de kurdos como su líder, que ha dedicado su vida entera a la emancipación del colonialismo moderno y brutal practicado por los estados turcos, iraní, iraquí y sirio. En segundo lugar, es un teórico político que ha contribuido a la filosofía sobre varias cuestiones que van desde el estado a la sociedad civil. Su filosofía política ha dado forma al proyecto que podemos ver hoy día en Rojava: una sociedad democrática, multicultural y feminista que es admirada por las fuerzas progresistas de todo el mundo. En tercer lugar, ha sido el político más activo en Turquía en busca de la paz y una solución democrática para el conflicto kurdo. Bajo su liderazgo el PKK, desde 1993, ha declarado 8 veces un cese de hostilidades de forma unilateral. En dos ocasiones, Öcalan incluso ordenó a los combatientes del PKK su retirada de Turquía al norte de Irak para abrir el camino hacia la paz. Silenciar a una figura política como Öcalan es silenciar la única voz a favor de la paz en Turquía.

De forma objetiva, la actitud agresiva y militarista que de forma continua ha practicado el gobierno turco durante las últimas décadas ha demostrado ser completamente inútil. Si Turquía quiere resolver la cuestión kurda militarmente, lo debería haber hecho en los 80 o incluso antes, no ahora.

Inspirados por la filosofía de Öcalan y organizados en el movimiento que él lidera, el PKK, los kurdos están ganando poder e influencia que en ningún caso podrán ser erradicadas por el estado turco, como pretende. El movimiento kurdo, a través de su determinación y filosofía progresista ha llegado a personas de todos los contextos y se ha ganado aliados de todo el mundo. El hecho mismo de que las huelgas de hambre tengan lugar en Kurdistán y por todo el mundo demuestra el grado excepcional de organización que las comunidades kurdas han conseguido.

La primera huelga de hambre indefinida fue iniciada por Leyla Güven el 7 de noviembre en una prisión de Turquía. En poco tiempo se extendió hacia afuera de las prisiones llegando a las cuatro partes de Kurdistán y Europa.

La exigencia de las huelgas de hambre, incluyendo la nuestro aquí en Estrasburgo, es la misma. Es sencilla y práctica. De hecho, es una vergüenza que en el mundo moderno tengamos que llegar a un acto tan extremo para conseguir que una exigencia tan sencilla sea cumplida. Además, señala la crisis de la democracia y la perdida de valores humanos en la que está sumergida Occidente

Alguien se podría preguntar, con derecho, por que ponemos nuestras vidas en peligro por una exigencia tan sencilla. La respuesta es simple y obvia: la indiferencia hacia la cuestión kurda en general y el caso de Öcalan en particular no nos ha dejado otra alternativa.

 

Esto es un resultado directo de la inacción de Europa. Los fracasos continuados de sus instituciones, como el CPT o el Consejo de Europa, para llevar a cabo su responsabilidad están obligando a sus ciudadanos a emprender una acción en la que nuestras vidas corren peligro.

Las instituciones europeas en el pasado han jugado un papel constructivo en la resolución de conflictos étnicos alrededor del mundo. Por ejemplo, la UE trabajó duro por la resolución del conflicto en Irlanda del Norte. Sin el apoyo de la UE ese conflicto no se hubiera resuelto. La OSCE se implicó de forma activa en la resolución del conflicto Nagorno-Karabakh y de los Balcanes. Sin embargo, cuando se trata de la cuestión kurda, se posicionan de forma abierta con el estado turco que está empecinado en el rechazo y la erradicación de la identidad kurda y su herencia cultural. El mejor ejemplo de ello es su alineamiento ominoso con Turquía en la criminalización por parte de la UE del movimiento de Liberación de Kurdistán. A pesar de las objeciones planteadas por el Tribunal Supremo de Bélgica y la Corte Europea de Justicia, la UE continúa manteniendo al PKK en su lista de organizaciones terroristas. Esto ha envalentonado al estado turco para incrementar su aproximación militarista en relación a los kurdos y a su líder, Abdullah Öcalan.

En esta ocasión, sin embargo, nuestra exigencia no es tanto que la UE respete el imperio de la ley y ejecute los veredictos dictaminados por instituciones legales europeas y por tanto elimine el nombre del PKK de la lista de organizaciones terroristas. Lo cual sería visto como excesivo o impracticable desde la perspectiva europea. Nuestra exigencia es tanto sencilla como practica. Exigimos la derogación inmediata del régimen de aislamiento de Öcalan y que se respete su derecho a recibir visitas de forma regular por parte de su familia y sus abogados.

Si no se cumple esta exigencia, no dejaremos la huelga de hambre. Estamos determinados a mantener la lucha hasta el último minuto. La muerte no es un hecho que nos asustará a la hora de seguir. Entendemos que en este mundo, nosotros como humanos somos responsables del mundo en el que vivimos. Como humanos, tenemos el poder de decidir como es este mundo. Elegimos no aceptar el retroceso democrático que se produce a nivel global. Elegimos no sencillamente resistir sino avanzar contra el silencio ensordecedor y la indiferencia contra esta inhumanidad.

No hace falta decir, que cualquier muerte caerá en las consciencias de la CPT y el Consejo de Europa en particular, y en las demás instituciones europeas en general. Pasará a la historia como una mancha sobre las democracias occidentales y tendrá ramificaciones para Europa donde poblaciones numerosas kurdas y turcas conviven. Para evitar esto, esperamos que las instituciones europeas cumplan con su responsabilidad para salvar vidas en su territorio, que escuchen las voces de sus ciudadanos, que defiendan los derechos humanos y ayuden a acabar con el régimen de aislamiento de Öcalan.


[i] Kardo Bokanî es un doctorado en ciencias políticas y es un experto en la cuestión kurda. Ha trabajado en la Universidad de Dublín (UCD) y es autor del libro “Comunicación Social y Movilización Política Kurda en Turquía”.