Las Madres de los sábados llevan 28 años, desde el 27 de mayo de 1995, realizando una sentada de protesta todos los sábados en la plaza Galatasaray de Estambul para pedir que se esclarezcan los casos de sus familiares desaparecidos bajo custodia de las fuerzas del Estado turco.
La 700ª protesta semanal de las Madres de los sábados del 25 de agosto de 2018 fue prohibida por decisión del Ministerio del Interior. En consecuencia, la policía turca detuvo a las manifestantes tras una violenta intervención en pleno centro de Estambul.
47 activistas de las Madres de los sábados, que fueron objeto de violencia policial y detenidas por la policía turca aquel día, fueron llevadas a juicio por violar la "Ley de Reuniones y Manifestaciones".
Maside Ocak Kışlakçı, una de las víctimas de la violencia policial, presentó una denuncia penal ante la Fiscalía de Estambul el 10 de septiembre de 2018 debido al uso desproporcionado de la fuerza y a la violación de su derecho de reunión, manifestación y marcha.
La Fiscalía de Estambul emitió un veredicto de no enjuiciamiento el 2 de mayo de 2019.
Entonces, Kislakçı presentó una demanda individual ante el Tribunal Constitucional de Turquía (AYM) el 19 de junio de 2019. Tras evaluar la solicitud, el Tribunal Constitucional solicitó una defensa al Ministerio del Interior, que argumentó que la solicitud era inadmisible debido a la prescripción. El Tribunal Constitucional también rechazó la solicitud en cuanto a los malos tratos, argumentando que la demandante había recibido el informe de la agresión 15 días después del incidente.
No obstante, el tribunal ha dictaminado por amplia mayoría y con la única oposición del juez Muhterem İnce, que se había violado el derecho a celebrar reuniones, manifestaciones y marchas. El tribunal también ha decidido que Kışlakçı reciba una indemnización por daños no pecuniarios.
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