Las fuerzas de seguridad iraníes atacan a los kolbares

Las fuerzas de seguridad iraníes atacan a un grupo de kolbares en las provincias de Sistan y Baluchistan, hiriendo a dos.

Continúa la violencia del régimen iraní contra los kolbars, que trasportan mercancías a su espalda a lo largo de la frontera para ganarse la vida.

Según el informe de Kolbarnews publicado en su canal de Telegram, las fuerzas de seguridad iraníes abrieron fuego contra un grupo de kolbares en la provincia de Sistan y Baluchistan, al sudeste del país, en la frontera con Pakistán y Afganistán. Dos de los kolbars resultaron heridos y fueron trasladados a hospitales cercanos.

Las estadísticas de Kurdistan Human Rights Network (KHRN) afirman que 79 kolbares kurdos han sido asesinados, y 165 han resultado heridos por las fuerzas militares iraníes o por desastres naturales en las rutas Kolbari en 2019.

Los kolbares suelen provenir de las empobrecidas familias kurdas y dependen del peligroso transporte de mercancías como el té o las especias a lo largo de las fronteras, arriesgándose a las ejecuciones extraoficiales de las fuerzas de seguridad.

La tragedia de los kolbares

Kurdistan del Este se ha hundido más en la pobreza a lo largo de los años debido a las políticas deliberadas del régimen iraní y destaca por ser una de las regiones más castigadas de Irán. Comparado con otras regiones, la zona ha experimentado una menor inversión y el desarrollo se ha estancado deliberadamente. No se ha permitido el desarrollo de la agricultura y y la industria, y como resultado, el te la tasa de desempleo más alta de Irán.

Al enfrentarse a políticas discriminatorias y a la pobreza, transportar bienes clandestinamente no es una opción, si no un deber para sobrevivir.

Kolbar proviene de las palabras kurdas “kol” (esplada) y “bar” (carga). Los kolbares se ganan la vida transportando cargas a lo largo de la peligrosa línea fronteriza. Sus cargas incluyen cigarrillos, teléfonos móviles, ropa, utensilios domésticos, té y raramente alcohol. Caminan por terrenos peligrosos para continuar este comercio entre el Kurdistán del Sur y del Este. Las mercancías que traen se venden a precios elevados en Teherán, pero los kolbares que arriesgan sus vidas por ellos reciben un pago muy pequeño.

Los intermediarios que se encargan de las entregas y encuentran compradores en las ciudades se llaman kasibkars.

Los kolbares y kasibkars tienen entre 13 y 70 años. Algunos sólo han terminado la escuela primaria, mientras que otros son graduados universitarios. Llevan cargas, porque no pueden encontrar otro empleo. En los últimos 5 años, unos 300 kolbares y kasibkars fueron asesinados a sangre fría. No hay estadísticas absolutas disponibles sobre las muertes.