Los residentes de Amed dicen que es muy difícil llegar a fin de mes
En estos tiempos en los que los precios de los alquileres de las viviendas aumentan, los vecinos de Amed aseguran que es muy difícil llegar a fin de mes.
En estos tiempos en los que los precios de los alquileres de las viviendas aumentan, los vecinos de Amed aseguran que es muy difícil llegar a fin de mes.
En el Kurdistán y Turquía, donde la crisis económica se agudiza y la inflación aumenta paralelamente, el sector inmobiliario se ve cada vez más afectado. Los alquileres han aumentado enormemente, mientras los inquilinos se rebelan. En Amed, la situación es tan mala como en todas partes.
Preguntamos a agentes inmobiliarios e inquilinos de Amed sobre los precios de las viviendas.
El agente inmobiliario Aziz Keleş dijo que lleva años en el sector y que este año se ha producido un aumento de los precios como nunca antes. Keleş añadió que el sector inmobiliario y los propietarios tienen parte en esta situación, así como el sistema.
Keleş continuó: "Las personas con bajos ingresos no tienen la posibilidad de pagar una vivienda. Como saben, la región tiene una estructura familiar muy poblada. Por eso la gente tiene que mudarse a los barrios populares. Los precios de los alquileres en estos barrios oscilan entre 800 y 1.500 liras turcas (40 y 75 euros, pero hay que tener en cuenta que un salario mensual apenas llega a los 150-200 euros). Además del alquiler, la gente tiene que pagar las facturas y la comida, y el salario mínimo no cubre todos los gastos. En los últimos tiempos se ha producido una situación de subida irresponsable de los alquileres, que proviene tanto de la sociedad como de las políticas económicas del sistema. Por eso nosotros, los agentes inmobiliarios, tenemos que ser honestos primero. Tenemos que determinar el precio teniendo en cuenta la situación económica del inquilino y la ubicación del municipio. Sería injusto aumentar el alquiler de una casa de 2.000 liras a 3 o 4.000 liras".
Los precios también afectan al comercio
El inquilino y comerciante Recep Özalp, subrayó que incluso durante la pandemia del Covid-19, los inquilinos fueron víctimas.
"Incluso durante la pandemia se hicieron aumentos de hasta el 100% y el 150%. Por ejemplo, los alquileres de tiendas y casas aquí variaban entre 700-800 liras el año pasado, a las 2.500 liras de hoy. Los propietarios están echando a los antiguos inquilinos y alquilando a otros nuevos para subir el precio. Estas subidas de precios nos afectan mucho a los comerciantes. Estamos pasando por grandes dificultades. Vivimos en una época en la que incluso comprar el pan para nuestros hijos nos resulta suficiente. Ahora ahorrar se ha convertido en un sueño para nosotros. Es muy difícil vivir con el salario mínimo".
Mi sueldo no alcanza para nada
Hatun Güldalı dijo que alquila su casa y que lo pasan mal económicamente por el aumento de los precios.
Dijo que el alquiler oscila ahora entre las 2.000 y las 3.000 liras y añadió: "¿Cuánto debe ser el salario de un trabajador para que pueda alquilar una casa? La gente cobra el salario mínimo. ¿Deben destinar ese dinero al alquiler, a las facturas o a la comida? La factura del agua es de 150-200 liras. La factura de la electricidad es de 400 liras. No podemos pagarlas. Por eso hay que bajar el alquiler y las facturas. Mi pensión de jubilación se destina a las facturas. No me queda nada".
Mekiye Bozkurt, que no quiere que el alquiler y las facturas suban, dijo: "No podemos conseguir nada por el aumento de los precios. Un kilo de queso costaba 60-70 liras, un kilo de tomates 10 liras, las patatas 9 liras, 5 kilos de aceite 200 liras. Ese aceite no alcanza ni para un mes".
Bozkurt añadió: "Ahora no podemos comprar fruta ni nada. Tengo cuatro alumnos. ¿Cómo puedo pagarlos? De todos modos, no hay trabajo para los desempleados, y los que trabajan ni siquiera pueden ganar lo suficiente para llenar el estómago. No sabemos qué hacer".