La denuncia penal de Halise Aksoy, a quien se le entregaron los restos de su hijo, el guerrillero Agit Ipek (Nom de Guerre: Kemal Berxwedan), por correo en una caja, no tendrá consecuencias para la Fiscalía General de Dersim (Tunceli). La autoridad se negó a iniciar una investigación sobre el incidente.
Durante dos años, los padres del combatiente de las HPG Agit Ipek, que murió el 23 de mayo de 2017 en un enfrentamiento con las fuerzas turcas en la colina Xelasor en Dersim, habían solicitado repetidamente a las autoridades turcas que averiguaran dónde se guardaban los restos de su hijo. Siempre se afirmó que el cuerpo de Ipek no estaba bajo custodia del Estado, hasta mayo de 2019, cuando la familia recibió una llamada telefónica y se le pidió una muestra de ADN. El análisis finalmente demostró que los restos eran efectivamente los de Agit Ipek. Según el procedimiento normal, la medicina forense debería haber informado a los padres y haberles entregado el cuerpo personalmente. En cambio, la Fiscalía de Dersim envió los huesos por correo el pasado mes de abril y los hizo entregar a la madre en Amed (Diyarbakır) por un pago de 45 liras.
Una denuncia penal fue presentada en abril no sólo por Halime Aksoy sino también por la oficina de Amed de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), el Colegio de Abogados de Amed, la Fundación de Derechos Humanos de Turquía (TIHV) y la Asociación de Abogados por la Libertad (ÖHD) que acusaron a las autoridades responsables en Dersim de abuso de poder y presentaron una denuncia.
Sin embargo, el estudio de las acusaciones ha demostrado ahora "que el comportamiento de la Fiscalía General de Tunceli", es decir, de la propia autoridad, "no constituye un delito penal". El asesor jurídico de Halise Aksoy dijo que apelarían la decisión.