Ocho presos han estado en huelga de hambre en la prisión de Kiriklar en Buca, Izmir durante casi un mes. Así lo informó el preso político Ibrahim Tikan en una carta a la organización de ayuda TUHAY-DER. Según la misma, Sinan Durmaz, Onur Yılmaz, Abdullah Günay, Sabah Dayan, Ozan Alpkaya, Halis Dağhan, Sertaç Kılıçarsalan y Kenan Yıldızbakan se han negado a comer desde el 28 de noviembre en protesta por las condiciones de la prisión.
Ibrahim Tikan escribe en su carta que las condiciones carcelarias se han deteriorado drásticamente desde el nombramiento de un nuevo director y que la vida de los presos políticos está en peligro. Dice que la nueva autoridad está utilizando la ley penal enemiga y dirige la prisión impulsado por su "odio a los kurdos": "Esto es evidente en todas las decisiones y acciones. Sigue un enfoque ideológico y su trato a los prisioneros kurdos está dirigido a su eliminación. Nuestras vidas están en peligro. No sabemos qué nos pasará mañana o pasado y estamos bajo una gran tensión".
"El director de la prisión se comporta como si fuera su calabozo privado y justifica la violencia psicológica con el propio reglamento de la prisión", dice Ibrahim Tikan y agrega: "Si esto no se detiene, también habrá tortura física. Solo ayer, un preso común prendió fuego a su celda junto a nosotros en protesta contra la opresión y la violencia que estaba experimentando. Este es un ejemplo concreto del caos y la tensión imperantes".
Como continúa Tikan en su carta, con la llegada del nuevo director, todos los presos políticos que habían estado en A-Block durante veinte años han sido dispersados en diferentes secciones. La comunicación entre ellos ya no es posible.