Redadas domiciliarias y detenciones en Amed

La campaña de exterminio político del régimen turco contra el pueblo kurdo y sus representantes electos continúa sin cesar. En Amed, la semana termina con una nueva ola de arrestos, incluidos miembros del HDP.

Las autoridades de persecución del régimen turco siguen apretando la tuerca de la represión contra la parte kurda de la población. En Amed (tr. Diyarbakır), al menos seis personas fueron detenidas hoy durante redadas realizadas por unidades policiales antiterroristas a instancias de la oficina del fiscal general. Las personas involucradas son la política local Halide Türkoğlu, miembro del consejo del partido del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), así como İlknur Saymak, Helen Ölçen, Nurten Bingöl, Rojhat Karakoç y Mehmet Faruk. Están detenidos en la jefatura de policía de Diyarbakır. Aún no se sabe de qué se les acusa. Se supone que son los habituales sospechosos de terrorismo.

Más personas fueron detenidas fuera de la ciudad como parte de la misma investigación. Murat Önder, miembro de la junta directiva de la asociación provincial HDP de Amed, fue detenido en Edirne, al oeste de Turquía. El activista Erol Çiftçi fue arrestado por la policía en Ankara. Ambos hombres serán trasladados a Amed más tarde hoy. La investigación ha sido clasificada a toda prisa. Debido a la correspondiente orden de secreto, los abogados de las y los detenidos no tienen acceso al expediente. La medida es un método común utilizado por el poder judicial turco para torpedear la defensa.

En el transcurso del terror policial en Amed, también se allanó el piso de Halise Aksoy. Aunque ella no estaba presente, según su hija, la casa fue allanada y saqueada. Además, según los informes, se confiscaron algunos libros y una carta dirigida a Aksoy desde una prisión. Antes de que los agentes abandonaran el piso, surgieron preguntas como "¿Halise Aksoy vive sola?", "¿Recibe visitas y, en caso afirmativo, de quién?" y "¿Halise Aksoy lee estos libros?" supuestamente se les preguntó.

Halise Aksoy es la madre de Agit Ipek, un guerrillero que murió luchando contra el ejército turco en Dersim en 2017. Su nombre quedó grabado en la memoria de la sociedad kurda hace dos años cuando le entregaron los restos de su hijo en una caja y por correo -enviado por un fiscal turco-. Desde entonces, la anciana ha sido víctima de violencia policial arbitraria en varias ocasiones. Durante una redada a finales de 2020, la mujer kurda fue maltratada por policías turcos. Cuatro miembros del consejo ejecutivo del HDP, que en ese momento eran invitados de Aksoy, también fueron víctimas de violencia policial, algunas de ellas graves. Una persona sufrió una fractura de cráneo durante el asalto.