Reino Unido sanciona a proveedores militares que apoyan la maquinaria bélica de Rusia
Entre los nuevos proveedores sancionados por Reino Unido por apoyar a Rusia en la guerra se encuentra una entidad turca.
Entre los nuevos proveedores sancionados por Reino Unido por apoyar a Rusia en la guerra se encuentra una entidad turca.
El Reino Unido anunció 46 nuevas sanciones contra personas y grupos que suministran y financian la maquinaria bélica de Putin. Esto incluye empresas en Bielorrusia, China, Serbia, Turquía, Emiratos Árabes y Uzbekistán, que "continúan apoyando la invasión ilegal de Rusia en Ucrania."
"Al incluir entidades que operan en China, Serbia y Uzbekistán, el Reino Unido ha tomado ahora medidas contra más de 30 entidades de terceros países que apoyan los esfuerzos bélicos de Rusia. Esto señala el enfoque de tolerancia cero del Reino Unido hacia aquellos que permiten la guerra ilegal de Rusia, dondequiera que estén", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores británico en un comunicado el miércoles.
Los proveedores militares extranjeros que exportan equipos y piezas a Rusia se encuentran entre las decenas de personas y grupos sancionados hoy contra quienes ayudan a la maquinaria bélica de Putin.
Los fabricantes rusos de armamento y los importadores de material de defensa también figuran en la lista de 46 nuevas sanciones impuestas, así como tres actores que apoyan la red del Grupo Wagner y cuatro operadores de la llamada "flota en la sombra", buques utilizados por Rusia para suavizar el golpe de las sanciones relacionadas con el petróleo impuestas por el Reino Unido junto con los socios del G7.
Entre los nuevos sancionados figura una entidad turca, Smart Trading Limited, implicada en el suministro a Rusia de productos electrónicos occidentales.
"Las medidas de hoy interrumpirán la capacidad de Putin para equipar a su ejército a través de cadenas de suministro de terceros en Bielorrusia, China, Serbia, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Uzbekistán", señala el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En agosto, el Reino Unido emprendió una de las mayores acciones de su historia contra los proveedores militares rusos, y el mes pasado tomó medidas para desarticular una red encubierta de adquisiciones utilizada por Rusia para obtener tecnología occidental de importancia crítica.