Se avecina desastre humanitario en Hesekê y Deir ez-Zor

Hay una escasez extrema de agua en el norte y el este de Siria. El nivel del agua en la presa de Hesekê ha bajado enormemente. Se avecina una catástrofe humanitaria en las grandes regiones de Hesekê y Deir ez-Zor.

El área mayor de Hesekê y Deir ez-Zor está amenazada por el desastre. Los depósitos de agua en el sur de Hesekê solo están llenos en un sexto de su capacidad. Según informes de la Dirección de Agricultura y Recursos Hídricos, el nivel del agua en la región de Shaddadi bajó de 605 metros a 120 metros. La caída de los niveles de agua no solo tiene algo que ver con el cambio climático. Desde 2013, el estado turco ha estado reduciendo el caudal de ríos como el Khabour o el Éufrates como arma contra la región con la ayuda de su proyecto de represa GAP. La catástrofe climática actúa aquí como un catalizador. El río Khabour fluye unos 312 kilómetros desde su nacimiento en el norte de Kurdistán hasta Rojava. Atraviesa los distritos de Serêkaniyê y Til Temir y desemboca en el embalse de Êrişa al sur de Hesekê.

“Mueren miles de peces”

Los agricultores son los primeros en sentir la escasez de agua. Hassan al-Ali, agricultor y pescador, dijo a la agencia de noticias ANHA: "El nivel del agua subterránea ha bajado drásticamente. Esto también está provocando la muerte de miles de peces. La actividad pesquera en el lago ha disminuido drásticamente. La falta de agua amenaza el sustento de cientos de pescadores de la región. Los peces están en peligro de extinción debido a la disminución de las aguas. La pesca en la región se enfrenta a su fin".

La agricultura gravemente amenazada

Con respecto a la situación de los agricultores, al-Ali declaró: "Miles de agricultores a lo largo del río Khabour, que se extiende desde el sur del distrito de Erîşa hasta el distrito de al-Basirah al este de Deir ez-Zor, ya no tendrán agua. Esto también tendrá un impacto negativo en la ganadería de la región”. Al-Ali pidió que se presione al estado turco para que permita que los ríos fluyan libremente. Si las cosas continúan así, dijo, el desastre es inminente.

Al-Ali informó que más de 20.000 hectáreas de tierras agrícolas ya no pueden recibir agua porque el nivel es tan bajo que un mayor drenaje provocaría la desecación del lago.

Abdurrahmen Siwelih, de la Dirección de Agricultura y Recursos Hídricos de Shaddadi, también informó que todos los programas de riego tuvieron que detenerse y, por lo tanto, parte de la tierra al norte de Deir ez-Zor ya no es cultivable.

Propagación de enfermedades

Otro peligro que plantea la falta de agua es la propagación de enfermedades. Siwelih informó que el número de casos de la grave enfermedad leishmaniasis está aumentando.