Toneladas de mandarinas se pudren en el suelo por la caída de los precios

Los productores, abandonados por el estado, ven como los intermediarios les imponen precios por los suelos, provocándoles cuantiosas perdidas. Ante este escenario, la producción de cítricos se encuentra en una crisis aguda.

Hace mucho tiempo Turquía era considerada una tierra de una agricultura exuberante.

Las tierras de Turquía producían todo tipo de productos. Uno de los más relevantes eran los cítricos. Turquía estaba entre los 10 países en el mundo en cuanto a volumen de producción de estos frutales. Las exportaciones de cítricos de Turquía situaban al país entre los 5 países más importantes en cuanto a la exportación de mandarinas, naranjas y otras frutas similares.

El fracaso a la hora de otorgar a los agricultores el apoyo adecuado, combinado con las crisis políticas y económicas ha llevado a la agricultura de Turquía a la decadencia. Estas frutas indispensables en invierno, ricas en vitamina C, se pudren este año en tierra sin que nadie las recoja. Miles de mandarineros llenos a rabiar de fruta esperan en balde a que surjan compradores.

Los productores de mandarineros, a merced de los comerciantes e intermediarios, están tratando de vender la fruta aunque sea con perdidas. Muchos productores no encuentran salida a la fruta y los que sí, lo hacen a precios que les suponen cuantiosas pérdidas. En el mercado el kilo se vende a unas 3 o 5 liras turcas, pero ahora el precio para los productores está en 40 o 50 centavos.

El agricultor que no puede vender su producto al precio que quiere debido a la crisis económica y los incrementos en los precios de gasolina y de fertilizante, han sido abandonados a merced de los intermediarios. El precio es determinado por ellos.

En el distrito de Izmir llamado Seferi Hisar, el productor Haken Olmez ha dicho que los intermediarios imponen los precios sobre los productores: “En mis campos, hay toneladas de mandarinas. Pensaba que podría venderlas a buen precio, pero no ha sido así”. Olmez culpa al estado  y al gobierno por la caída de los precios y la crisis económica.

“Los intermediarios nos las compran a precios ridículos pero luego al mercado las ves por 4 o 5 liras el kilo. Todavía estoy esperando un comprador adecuado. Pero claro si no lo vendo todo en una semana sencillamente se pudrirá todo… no tengo opción”.