Un profesor como pastor

Este curso escolar, los profesores de Turquía no están encontrando fácil dedicarse a su profesión. En parte debido a que muchos están siendo investigados y a que otros sencillamente se les niega un destino, muchos se ven obligados a volver a sus aldeas.

En el nuevo curso escolar, muchos profesores de Turquía no pueden empezar a trabajar porque están siendo investigados o porque sencillamente el estado se ha negado a asignarles un colegio. Uno de estos profesores es Halil Eren de la aldea de Oneq ceca del distrito de Tatvan en la provincia de Bitlis.

Eren ha completado su formación académica como profesor pero no ha encontrado trabajo. Por lo tanto, ha vuelto a su aldea y se dedica a pasturar las ovejas y las cabras, como hacía de niño.

“Nací en esta aldea”, nos cuenta. “Como niños, íbamos a la escuela en otra aldea y tras las horas lectivas nos ocupábamos del ganado. Nunca tuve la oportunidad de recibir ningún tipo de ayuda educativa. Me preparé para los exámenes mientras me sentaba en las rocas y cuidaba de las cabras y las ovejas”.

Hace 5 años el estado informó que se necesitaban profesores de literatura. “La profesión de educador es como un mercado negro. Durante algunos un tiempo existe una demanda pero unos años más tarde te das cuenta que has estudiado en balde. No podemos soñar por así decirlo”, relata Halil Eren.

Todo el sistema educativo en Turquía está diseñado como una competición en la que nadie gana dice Eren: “La vida de pastor, claro está, tiene muchas cosas buenas. No es que no me guste pero he trabajado duro para dedicarme a la enseñanza y además amó la literatura. Ahora continuaré en la aldea en la que nací”.