Una vida por la lengua: la lucha de Hemdiya Seyfedin por el kurdo

Hemdiya Seyfedin, a quien se le negó la educación bajo el régimen baazista, se convirtió en maestra y pionera en la alfabetización en kurdo gracias al Movimiento por la Libertad del Kurdistán.

LENGUA

Originaria del pueblo de Girke Xelo, al este de la ciudad de Chilaxa, en el Cantón de Jazira (Cizîrê), Hemdiya Seyfedin nació en 1975 y lleva más de 30 años luchando por la lengua kurda. Durante el régimen baazista, nunca pudo asistir a la escuela, y la situación económica de su familia le impidió aprender a leer y escribir.

Sus esfuerzos por alfabetizarse y aprender su propia lengua comenzaron en los años noventa, cuando el Movimiento por la Libertad del Kurdistán vivía una de sus fases más amplias y colectivas.

Seyfedin contó a ANHA que durante aquellos años muchos guerrilleros llegaron a su pueblo, ya que el Movimiento por la Libertad alcanzaba un nuevo auge. Explica que los guerrilleros trabajaban para concienciar sobre la identidad, la cultura y la lengua, y que se sintió profundamente conmovida por el conocimiento que compartían. Tras encontrarse con el Movimiento a través de los guerrilleros, sintió un fuerte deseo de fortalecer su comprensión de la identidad, la cultura y la lengua kurdas.

Seyfedin aún conserva un ejemplar de la revista Rojda

Seyfedin, que en ese entonces era analfabeta, relata que sentía una gran determinación cada vez que veía a las personas de su entorno leyendo libros mientras ella no podía hacerlo. Su primer paso fue comenzar a aprender con entusiasmo su lengua materna: el kurdo. En los años noventa, recibió su primera clase de kurdo de su hermano, revolucionario en el Movimiento por la Libertad.

Una vez que aprendió el idioma, comenzó a leer libros escritos en kurdo y alfabeto latino por Abdullah Öcalan. Eran años en los que la identidad kurda, la lengua y cualquier expresión relacionada con lo kurdo estaban estrictamente prohibidas. En ese tiempo, leía Rojda, la única revista en lengua kurda que circulaba. Hemdiya conserva hasta el día de hoy un ejemplar de Rojda.

Una luchadora por la libertad de las mujeres y la lengua

Seyfedin no se limitó a trabajar únicamente en el ámbito lingüístico. A medida que se involucraba en el trabajo organizativo comunitario, su comprensión de la libertad se profundizaba, y comenzó a posicionarse claramente contra las mentalidades patriarcales. En ese periodo, a medida que crecía su conciencia sobre la vida y la sociedad, deseó unirse al Movimiento por la Libertad. Aunque las condiciones de la época no se lo permitieron, continuó su lucha con mayor determinación, guiada por los principios de libertad en los que creía. Uno de los pasos más significativos que dio fue rechazar la presión social que se ejercía sobre las mujeres para casarse. Hemdiya, que nunca se casó, tomó la decisión consciente de resistir esta narrativa impuesta. Hoy, con 50 años, ha dedicado su vida por completo a la educación de la sociedad y de la infancia.

Educando a la infancia

Una vez que aprendió el idioma, Seyfedin se unió a sus compañeras para comenzar a enseñar a niñas y niños de su pueblo y de las zonas circundantes. Con este objetivo, formó pequeños grupos y ofrecía clases de lengua materna de forma clandestina.

Un nuevo capítulo con la Revolución del 19 de julio

Seyfedin describe la Revolución del 19 de julio (inicio de la Revolución de Rojava en 2012) como un punto de inflexión en su vida, y califica los días en que las mujeres lideraron la revolución y se dieron pasos revolucionarios en el ámbito lingüístico como una de las épocas más hermosas de su vida. Durante este periodo, participó activamente en iniciativas educativas y lingüísticas. Reunió a todas las mujeres de su aldea y comenzó a impartir clases de kurdo en la escuela local. Cuando se fundó el Instituto de Lengua Kurda (Saziya Zimanê Kurdî – SZK), también se unió a sus esfuerzos. Allí profundizó su conocimiento del idioma, obtuvo un certificado de aprendizaje y comenzó a enseñar a niñas, niños y mujeres. Además de su trabajo con el instituto, también asistió a programas de educación en línea en lengua kurda. Cuando se creó la Academia de la Lengua Kurda, completó sus estudios allí y obtuvo su título oficial como profesora.

Hoy, Seyfedin continúa su labor en la escuela de su aldea, portando con orgullo el título que ha ganado con su propio esfuerzo: profesora de lengua kurda.

Proteger nuestra lengua es nuestro deber

Seyfedin, que lleva 31 años involucrada en la lucha por la lengua, expresó su esperanza de que todas y todos participen en este esfuerzo, y concluyó con estas palabras:
“Solo escuchamos nuestra lengua de nuestras madres y padres. El régimen no nos permitió leer ni escribir. Por eso, todo lo relacionado con lo kurdo tuvo que hacerse en secreto. Para nosotras y nosotros, eso tenía un significado muy profundo. La lengua kurda es el sentido de nuestra identidad y de nuestra existencia misma. El deber fundamental de cada kurda y kurdo debe ser proteger su lengua. Con esta convicción asumí la responsabilidad del idioma, y cumpliré con ese deber hasta mi último aliento.”