Hace 23 años, el líder del pueblo kurdo, Abdullah Öcalan, fue secuestrado en Kenia y llevado a Turquía por una conspiración internacional dirigida por el servicio secreto estadounidense CIA. Desde entonces se encuentra en total aislamiento en la isla-prisión de Imrali. En Imrali se aplica una ley especial que no tiene equivalente en la ley turca de ejecución, la constitución o el derecho internacional. El sistema de aislamiento implantado en Imrali se extendió desde allí a las cárceles de todo el país. La copresidenta de la Asociación de Abogados Libres (ÖHD), Ilknur Alcan, habló con ANF sobre el sistema especial creado para Imrali.

"El aislamiento se ha extendido al país"

"Cualquier violación que veamos en las cárceles del país la vimos primero en Imrali", dijo Alcan y añadió que "por ejemplo, en este momento, se están cometiendo muchas violaciones de derechos en las cárceles con el pretexto de la epidemia de coronavirus". Se han impuesto restricciones tanto a los contactos telefónicos como a las visitas. Todas estas restricciones se han aplicado previamente en el sistema Imrali".

Los abogados deben poder visitar a sus clientes

Alcan subrayó que el sistema penitenciario en Turquía está en realidad muy claramente regulado y añadió: "La constitución y el derecho internacional determinan los derechos de los presos. El régimen de Imrali está más allá de todo eso. Esta legislación especial [aplicada en Imrali] viola las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Tribunal Constitucional, la Constitución de Turquía y la Ley del Ejecutivo turco. Abdullah Öcalan lleva años sin recibir la visita de su familia o de sus abogados. Una vez pudo ejercer su derecho a una llamada telefónica. Esto ocurrió sólo con el permiso de la Fiscalía. Esto es algo que nunca se había utilizado contra otros presos. La conversación se interrumpió en medio. Tanto el bufete de abogados Asrin como nuestro despacho han presentado solicitudes de visitas a sus clientes. Recientemente publicamos el llamamiento de 750 abogados exigiendo que los presos puedan por fin reunirse con sus representantes legales. Se trata de un derecho adquirido. La práctica actual es un delito".

Esta práctica sólo existe en Imrali

Alcan dijo que el ÖHD se ha puesto en contacto con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. "Se ha dado a Turquía hasta el otoño para que haga sus comentarios. El aumento de las cadenas perpetuas no puede analizarse sin hablar de la situación de Abdullah Öcalan. No hay ninguna otra práctica como ésta en ningún otro lugar del mundo. También es una cuestión jurídica. En cuanto al aumento de la cadena perpetua, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos establece que no se puede encarcelar a las personas indefinidamente y que la decisión debe ser revisada cada cierto tiempo. Legalmente esto se llama derecho a la esperanza. Sin embargo, no se aplica en Turquía. Como he dicho, todo empezó con el régimen carcelario de Imrali. El aislamiento se está extendiendo tanto a la vida social como a las prisiones. Esto tiene muchos aspectos económicos y sociales perjudiciales. Además, al aislar a la persona con la que el Estado mantuvo realmente conversaciones de paz, el Estado turco está destruyendo cualquier esperanza de paz en Turquía".