El debate continúa en Turquía tras el llamado de Abdullah Öcalan el 27 de febrero.

La presidenta del Partido de los Trabajadores Socialistas (SEP), Güneş Gümüş, habló con ANF sobre el llamado y las discusiones que siguieron. Gümüş dijo que el pueblo kurdo ha soportado un sufrimiento inmenso y ha pagado un precio elevado en su lucha por lograr sus derechos nacionales y democráticos, y continúa haciéndolo. Enfatizó que no solo anhelan la paz y la estabilidad, sino también la democratización y la igualdad.

Reconociendo que el llamado de Öcalan ha abierto una nueva fase y que es comprensible que el pueblo kurdo se sienta esperanzado, Gümüş también destacó la necesidad de ser realistas con las expectativas respecto al gobierno. Señaló que el poder gobernante ha perdido incluso su tolerancia hacia la democracia electoral, afirmando: “A lo largo de este proceso, el gobierno no ha proporcionado ninguna base material para el avance de la política democrática, ni ha ofrecido ninguna garantía legal respecto a cualquier posible acuerdo que se pueda alcanzar.”

La influencia de la propaganda fascista

Gümüş señaló la gran influencia de la propaganda fascista, especialmente en la clase trabajadora, y afirmó: “El factor principal que puede romper esta influencia es el fortalecimiento de la lucha de clases, lo que fomentará la conciencia de clase. Aparte de eso, es extremadamente difícil superar los efectos de la propaganda que ha persistido durante muchos años, alimentando los feudos de sangre y sembrando las semillas de la hostilidad étnica.”

Los socialistas tienen una misión histórica

Gümüş dijo que los socialistas no pueden hacer la vista gorda ante las demandas del pueblo kurdo y que depende del pueblo kurdo decidir sus propios métodos de lucha. Continuó: “Los socialistas tienen una misión histórica de decirle la verdad al pueblo. Negar este deber significaría negar nuestra propia existencia. En este punto, ya se están cruzando umbrales críticos en el autoritarismo. No solo el derecho a huelga, protesta y manifestación, sino también derechos fundamentales como votar, ser elegido y expresar críticas están bajo amenaza. Para el gobierno, incluso las elecciones y el modelo de oposición representado por el Partido Republicano del Pueblo (CHP) se han vuelto cada vez más inaceptables.”

Está claro que el bloque del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) están utilizando el poder judicial para apoderarse de los municipios, aislar al CHP y hacer lo que sea necesario para mantenerse en el poder. Si el gobierno determina que no ganará ninguna ventaja política con este proceso, no dudará en ponerle fin.”