Karasu: «Zilan demostró que Öcalan y la lucha del pueblo kurdo por la libertad son inseparables»

En la tercera parte de esta entrevista con el miembro ejecutivo de la KCK Karasu hablamos sobre la acción histórica de Zeynep Kınacı (Zilan) por Öcalan en 1996 y la actual lucha contra el silencio de las potencias internacionales.

Entrevistas

En la tercera parte de esta entrevista en profundidad, Mustafa Karasu, miembro del Consejo Ejecutivo de la Confederación de los Pueblos del Kurdistán (KCK), rinde homenaje al Jeque Sait y sus amigos ejecutados hoy hace 99 años y a la mártir Zilan, que cayó el 30 de junio de 1996.

La primera parte de esta entrevista, sobre los incendios en el Kurdistán Norte y la lucha por la liberación del Sr. Abdullah Öcalan, puede leerse aquí.

La segunda, sobre la política del AKP-MHP contra los kurdos y de cómo la lucha del pueblo kurdo es también una lucha por democratizar Turquía, puede leerse aquí.

Nos acercamos al aniversario de la acción histórica del Zeynep Kınacı (Zilan) contra la conspiración contra el líder popular kurdo Abdullah Öcalan en 1996. Cuando miramos la lucha por la libertad llevada a cabo desde entonces, ¿podemos decir que la mártir Zîlan, con su acción histórica, reveló la iniciativa de proteger y abrazar correctamente al líder del pueblo kurdo?

Conmemoro con amor, respeto y gratitud a todos los mártires del mes de junio, particularmente a las camaradas Zîlan, Sema, Gulan, Hanim Yaverkaya, Raperin Amed, Berivan Zîlan, Ali Piling y Fazil Botan.

También conmemoro con gratitud y respeto al Jeque Sait y sus amigos que fueron ejecutados el 29 de junio de 1925. Su memoria vive y se mantiene viva en nuestra lucha.

Está claro que la acción de la mártir Zilan es un punto de inflexión en cuanto a la adhesión a Rêber Apo (Abdullah Öcalan). Es la cumbre de la devoción a Rêber Apo. La mártir Zilan llamó a todo el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y al pueblo kurdo a comprender y abrazar correctamente el Rêber Apo. Mostró a todos que Rêber Apo y la lucha del pueblo kurdo por la libertad son inseparables. Por eso Rêber Apo subrayó que la acción de la mártir Zilan era un manifiesto. No sólo hizo un gran sacrificio, sino que planteó una línea ideológica, política, organizativa y operativa. Sin duda, antes había una línea de sacrificio en el PKK; hubo grandes actos de devoción a Rêber Apo. Pero la mártir Zîlan profundizó esta línea con su acción. Añadió nuevas dimensiones a esta línea de abnegación. Abrazar el Rêber Apo significa comprender y vivir en profundidad la línea de liberación de la mujer.

La mártir Zilan también determinó la actitud del movimiento contra la conspiración. Las acciones que se llevaron a cabo en el marco de la campaña «No podéis oscurecer nuestro sol», que se desarrolló tras la conspiración internacional de 1999, fueron el resultado de la línea que Zilan había trazado. La acción de la mártir Zilan tiene profundidad y una dimensión importante en términos de historia kurda. Nació y creció en Malatya, al oeste del Éufrates, donde se aplicó el llamado Plan de Reforma Oriental, básicamente un plan de genocidio cultural. El genocidio practicado allí generó una gran ira entre la población, lo que creó una gran voluntad y poder de resistencia. En este sentido, la acción de la mártir Zilan es también una respuesta al genocidio. Ella era profundamente consciente de que el ataque contra Rêber Apo era un genocidio y llevó a cabo su acción con la profunda conciencia de que volverse contra Rêber Apo es volverse contra todo lo que pertenece a los kurdos y a las kurdas. Hoy expresamos que el objetivo prioritario y principal de la política genocida y de ataque es Imrali, y la camarada Zilan ya había actuado con esta conciencia hace treinta años.

La mártir Zilan, como camarada que comprendía profundamente a Rêber Apo, lo abrazó llevando a cabo esa gran acción abnegada. Como dijeron nuestras camaradas, debemos abrazar a Rêber Apo tan profundamente como lo hizo Zilan. Liberaremos definitivamente a Rêber Apo y aseguraremos una solución democrática a la cuestión kurda abrazándolo en todos los campos y dimensiones de la lucha como lo hizo Zilan.

Los luchadores por la libertad continúan su resistencia contra todo tipo de ataques del Estado fascista turco con el espíritu de la mártir Zilan. Las fuerzas de ocupación, que atraviesan dificultades, han vuelto a intensificar recientemente el uso de armas químicas prohibidas internacionalmente. ¿Ve usted un debilitamiento en la lucha contra el silencio de las potencias internacionales, especialmente de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)? Y en caso afirmativo, ¿cómo debería superarse esta situación?

Durante décadas se ha librado una guerra sucia en el Kurdistán. Si esta guerra se llevara a cabo en cualquier otra parte del mundo, las potencias internacionales y muchos Estados se pronunciarían contra los autores de esta guerra sucia e impondrían sanciones. Sin embargo, cuando se trata de los kurdos y de las kurdas, todo el derecho internacional, la moral y la conciencia quedan a un lado. Cuando se trata del Kurdistán y de los kurdos y de las kurdas, todo el mundo sólo tiene en cuenta sus propios intereses. Tras la Primera Guerra Mundial, Occidente, con Gran Bretaña y Francia a la cabeza, fue el principal responsable del sistema establecido en Oriente Próximo. Los kurdos y las kurdas fueron las víctimas de su nuevo orden político. Establecieron un orden que aprobaba el genocidio. A cambio de la cesión de Mosul y Kirkuk a Gran Bretaña y de Siria a la soberanía francesa, se aprobó el genocidio de los kurdos y las kurdas por parte de la República Turca. Este orden político continúa hoy en día.

Ya antes se utilizaban gases venenosos, armas químicas y prohibidas contra los guerrilleros y las guerrilleras. Sin embargo, en el ataque de invasión que el Estado turco lleva a cabo desde hace tres años consecutivos en las Zonas de Defensa de Medya, estas armas se utilizan a diario. Ihsan Sabri Caglayangil, el ministro de Asuntos Exteriores más antiguo de Turquía, confesó cómo envenenaron a la población civil que se refugió en las cuevas de Dersim (tr. Tunceli) «como ratas» en 1937-1938. La República Turca tiene esa tradición de guerra sucia. Incluso entonces, Occidente, que se llama a sí mismo civilizado y democrático, permaneció en silencio.

El actual gobierno fascista del AKP-MHP lleva nueve años declarando que acabará con el movimiento kurdo por la libertad. Y ahora, la resistencia de los guerrilleros, las guerrilleras y del pueblo kurdo ha llevado al gobierno del AKP-MHP a su propio colapso. Ante la resistencia de la guerrilla y del pueblo, que llevó al colapso de su poder, ha aumentado su guerra sucia, sobre todo en los últimos tres años. Tal vez se lanzaron cientos de veces más bombas sobre el Kurdistán que sobre Vietnam. No hay valles ni colinas que no hayan sido bombardeados. Para acabar con la resistencia de los guerrilleros y las guerrilleras se utilizan gases venenosos, armas químicas y bombas termobáricas para destruir el entorno vital. Como no pueden luchar contra la guerrilla, envenenan el aire que respiran los guerrilleros y las guerrilleras sí como el agua que beben, haciendo las zonas en las que habitan completamente inhabitables para los seres vivos. Así, matan todo lo que está vivo. Esto lo hace un ejército de la OTAN. Occidente y la OTAN libran esta guerra sucia contra la guerrilla. La respuesta a la pregunta de por qué callan las potencias e instituciones internacionales hay que buscarla ahí. Es porque ellos también tienen algo que ver en esta guerra sucia.

Sin duda, todavía no somos capaces de explicar plenamente esta guerra sucia al mundo, ni estamos luchando lo suficiente contra esta guerra sucia y sus métodos. Las luchas no van más allá del nivel de la protesta. No van más allá de las reacciones ante una práctica negativa en cualquier país democrático. Sin embargo, hay un ataque a la existencia de los kurdos y de las kurdas. Es en esta conciencia en la que debemos luchar. Para que la OPAQ no pueda permanecer en silencio, hay que obligarla a actuar. De lo contrario, no se podrá obtener ningún resultado. Tanto el pueblo kurdo como la guerrilla libran una lucha a vida o muerte. Por lo tanto, hay que luchar contra lo que sea necesario para vivir. De lo contrario, acabaremos en la situación del Laz cuando dijo «que esto nos sirva de lección» camino de su ejecución.

En resumen, hay un ataque existencial contra los kurdos y las kurdas. Es necesario tomar estos ataques más en serio y desarrollar la lucha con vías y métodos más eficaces.

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