El ISIS surgió tras el colapso de la dictadura de Saddam Hussein como resultado de la intervención de Estados Unidos en 2003. En 2013, el grupo recibió apoyo para tomar el "poder" en una gran parte de Siria. Los combatientes de las YPG, las YPJ y las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias) combatieron y detuvieron al ISIS. Sin embargo, los mercenarios del ISIS siguen siendo un problema para Rojava.

Uno de los momentos que propició que el ISIS hiciera un gran avance fue la captura del aeropuerto de Minix.

El aeropuerto de Minix está situado en el triángulo Azez-Afrin-Aleppo. Un año antes de que el ISIS lo tomara, el aeropuerto estaba asediado por grupos que se autodenominaban Ejército Sirio Libre (FSA) y que cambiaron su nombre por el de Frente Islámico en 2013. Tras capturar el aeropuerto de Minix, el ISIS comenzó a ocupar muchos lugares junto con Jabhat Al Nusra y otros grupos que le prometieron lealtad.

Ataques a Mosul, Sengal y Kobanê

Con el apoyo externo de muchas potencias internacionales y el apoyo abierto del Estado turco y de Erdoğan, el ISIS fue ocupando toda la región. El ISIS quería ocupar las zonas de revolución canalizando sus ataques hacia los kurdos y los pueblos del norte y el este de Siria. Tras los ataques a gran escala, el grupo capturó Mosul, Tikrit, Til Afer y Şengal en Irak. Los mercenarios del ISIS llegaron a los alrededores de Hewler (Erbil) y capturaron lugares como Rabia y Zumar, incluida la región de Makhmur.

El ISIS confiscó las armas de una división del ejército sirio en Ain Issa y lanzó un ataque contra Kobanê, donde comenzó la revolución de Rojava, el 13 de septiembre de 2014 en el norte y el este de Siria. Su objetivo era estrangular la revolución allí donde comenzó.

Como resultado de la resistencia histórica, el grupo fue derrotado por los combatientes de las YPG-YPJ en Kobanê el 27 de enero de 2015, lo que marcó el comienzo de su desintegración.

Después de Kobanê, el ISIS fue eliminado de lugares como Girê Spî, Tabqa, Hol y Sheddad.

En 2017, solo Deir ez-Zor permaneció en manos de los mercenarios del ISIS que fueron retirados de Raqqa, que era la "capital del Califato".

El dominio militar del grupo terminó en la región cuando fue expulsado de Bahoz en 2019 tras una larga lucha y resistencia.

Miles de mercenarios depusieron las armas sin embargo el peligro no acabó ahí

Las SDF, las YPG y las YPJ pusieron fin al dominio territorial y militar del ISIS como resultado de su lucha que dejó miles de mártires. Alrededor de 12 mil combatientes del ISIS y alrededor de 70.000 esposas e hijos de ellos fueron detemidos.

Los mercenarios del ISIS detenidos eran nacionales de 46 países. Sus esposas e hijos fueron llevados a campamentos.

Los mercenarios del ISIS permanecen en prisiones construidas para ellos en el norte y el este de Siria.

La administración de Rojava ha pedido a las fuerzas internacionales que juzguen a los combatientes del ISIS y ha exigido que los antiguos miembros del grupo sean entregados a los países de los que son ciudadanos o sean juzgados colectivamente en un tribunal internacional que se habría de establecer en el norte y el este de Siria.

Las potencias internacionales no han respondido hasta ahora a ninguna de estas demandas de la administración de Rojava. Algunos países incluso han revocado la ciudadanía de los antiguos combatientes. Tampoco han dado ningún paso para allanar el camino para su enjuiciamiento en el norte y el este de Siria. El problema no son sólo los 12 mil prisioneros del ISIS. El principal problema son sus casi 70.000 esposas e hijos.

Las esposas y los hijos de los mercenarios están retenidos en dos campos en el norte y el este de Siria. Uno de estos campamentos es el de Hol, donde permanecen 60 mil personas. El otro es el campamento de Roj, cerca de Derik. En este campamento viven unas 2 mil esposas e hijos de combatientes del ISIS. Estos campamentos suponen una grave amenaza.

Mujeres y menores entregados a sus países de origen en 2018 y 2019

A pesar de los repetidos llamamientos de la Administración de Rojava, para que la comunidad internacional asuma su responsabilidad en relación a sus ciudadanos, el número de mujeres y menores entregados a sus países de origen no constituye ni el 2 por ciento del número total, haciendo palpable la forma en la que la comunidad internacional pretende evadir su responsabilidad en relación con sus ciudadanos.