Esta semana tendrá lugar en Estambul la protesta número 1000 de la Iniciativa Madres de los Sábados. Con la sentada de los sábados, los familiares de desaparecidos y sus simpatizantes exigen justicia para las innumerables personas que han desaparecido bajo custodia policial en Turquía, sobre todo en las décadas de 1980 y 1990. Estas personas fueron secuestradas, torturadas, asesinadas por las autoridades estatales y después enterradas, arrojadas a pozos de ácido o cementadas en instalaciones militares. Los familiares meten el dedo en una herida profunda y por eso no es casualidad que las Madres de los Sábados hayan sido objeto de violencia en repetidas ocasiones. Desde la semana 700, las protestas han sufrido repetidos ataques. El 25 de agosto de 2018, el entonces ministro del Interior turco, Süleyman Soylu, prohibió la sentada en la plaza de Galatasaray.
Violación de la ley
Aunque el Tribunal Constitucional de Turquía calificó la decisión de prohibir la sentada como una violación de los derechos fundamentales, la represión continuó y algunas madres de más de 80 años fueron sacadas de la plaza con las manos atadas a la espalda. Pero gracias a su persistencia, las Madres de los Sábados pudieron finalmente celebrar de nuevo su sentada. Sin embargo, la arbitrariedad continúa. En la vigilia 1000, el número de participantes debe limitarse a diez personas. Maside Ocak, hermana de uno de los desaparecidos, Hasan Ocak, ha hablado con ANF sobre ésta histórica sentada que se llevara a cabo hoy.
Un día para no olvidar
El hermano de Maside Ocak es el profesor kurdo Hasan Ocak, quien desapareció el 21 de marzo de 1995 tras ser detenido. Su familia sigue luchando hoy por que se haga justicia. Las vidas de Maside, que entonces tenía 19 años, y de su alegre familia cambiaron de un día para otro. Maside Ocak dijo: "Hasan era profesor, pero no le dieron plaza. Así que regentaba una casa de té en un barrio comercial de Beyazıt. Se levantaba todas las mañanas a las 5:30 y se iba a trabajar. El 21 de marzo, como todas las mañanas, se fue a trabajar sin despertarme. Mientras yo estaba en la escuela, llamó a mi madre y le dijo que esa tarde traería pescado a casa. Ese día era el cumpleaños de mi hermana Aysel. Mi madre había preparado sopa y ensalada, esperamos hasta la noche, pero Hasan no volvió a casa".
Una detención negada a pesar de numerosos testigos
Maside Ocak dijo que estaba claro que algo iba mal esa misma noche. La familia acudió primero a los hospitales y llamó a la policía al día siguiente. En aquella época, la duración de las detenciones era de 15 días y era habitual que se denegaran las puestas en libertad hasta seis días. Ocak continuó: "Tras un ir y venir entre la policía, el fiscal y los tribunales de seguridad del Estado (DGM), el 30 de abril de 1995 anunciamos públicamente que Hasan había desaparecido. A pesar de la presión pública y de los testigos que confirmaban que Hasan había sido detenido, su detención fue negada por el entonces ministro del Interior, Nahit Menteşe, el gobernador de Estambul, Hayri Kozakçıoğlu, el director general de la policía, Mehmet Ağar, y el jefe de la policía de Estambul, Necdet Menzir.”
Pruebas de la detención
Tras 58 días de búsqueda persistente, el cadáver de Hasan Ocak fue encontrado con graves signos de tortura en un cementerio de Altınşehir. Maside Ocak dijo que el informe del hallazgo indicaba que no tenía tarjeta de identidad, cinturón, reloj ni cordones de zapatos y que había manchas de tinta en sus dedos, lo que era una prueba clara de que había estado detenido.
Hasan era un refugio para todos nosotros.
Durante la campaña para encontrar a su hermano, Maside Ocak conoció a familiares de otros "desaparecidos". Inspiradas por las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, las Madres de los Sábados comenzaron con una vigilia silenciosa en la plaza de Galatasaray. Desde entonces han pasado 1000 semanas. Ocak continuó: "Hasan era un refugio para todos nosotros. Era nuestro confidente. En nuestra casa no había discusiones ni desacuerdos, siempre estaba el sonido del saz de Hasan y las canciones populares que cantábamos. Éramos como una familia. Queremos que se encuentre a todos nuestros desaparecidos y desaparecidas y que se haga justicia. Nuestro luto terminará con el fin de la impunidad y con una tumba para nuestros desaparecidos. Nuestras vidas están determinadas por la ausencia de fosas y por la impunidad. No abandonaremos nuestra lucha hasta que se haga justicia".
Queremos que todos los familiares de los desaparecidos puedan reunirse en la plaza de Galatasaray y traer consigo las fotos de sus familiares.
La participación en la sentada número 1.000 de hoy ha sido limitada por la oficina del gobernador a diez personas y tendrá lugar tras barreras policiales. Sobre esto, Ocak agregó: "Este es el nivel al que ha llegado nuestro país. Tenemos que pedir al Estado y al gobierno que cumplan la ley. Al igual que en nuestra protesta de la semana 699, queremos que se abran las barreras policiales y se ponga fin a la restricción a diez personas. Debido a esta restricción, muchos familiares de desaparecidos no pueden exponer allí las fotos de sus seres queridos. El límite de diez personas transmite a las familias de los desaparecidos que sólo diez familiares de desaparecidos tienen derecho a solicitar información sobre el paradero de sus familiares desaparecidos bajo custodia. Esto supone un enorme cargo de conciencia para nosotros y nosotras. No queremos vivir algo así y queremos que todos los familiares de los desaparecidos puedan reunirse en la plaza de Galatasaray y traer consigo las fotos de sus familiares.”
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