Residentes de Hatay: Los barrios alevíes no reciben ninguna ayuda

Los residentes de los barrios de Küçükdalyan y Subaşı, en la provincia de Hatay, reaccionaron contra el Gobierno, que lleva días sin entregarles ninguna ayuda, afirmando que éste los discrimina por tratarse de barrios alevíes.

Los supervivientes del terremoto han sido abandonados a su suerte en Hatay, una de las ciudades devastadas por los seísmos del lunes.

La Presidencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), que afirma haber entregado ayuda en todos los puntos afectados por los seísmos, no ha llegado a Hatay.  La población lleva días luchando sin electricidad, agua ni material higiénico y tratando de sacar a sus familiares de entre los escombros.

Como no se enviaron a tiempo equipos de construcción a la región, muchas personas que intentaban aferrarse a la vida haciendo ruido bajo los escombros perdieron la vida. Los cadáveres permanecen envueltos en mantas entre las ruinas de los barrios, ya que "las morgues están llenas".

 Abandonada por el Estado y el Gobierno en todos los sentidos, la población recibe alimentos y suministros gracias a la ayuda prestada por numerosos partidos políticos y sindicatos, entre ellos el HDP, el TÖP, el HDK, el TKP, el TİP, los Centros Comunitarios y Kaldirac.

Gracias a los intensos esfuerzos de los escasos equipos de búsqueda y rescate de la región, donde los equipos de construcción llegaron solo 56 horas después del terremoto, muchas personas, incluidos niños, fueron rescatadas con vida de entre los escombros.

En declaraciones a ANF, los habitantes de Hatay reaccionaron a la discriminación oficial diciendo: "Como somos alevíes, no se ha entregado ninguna ayuda".

Los restos del desastres no son retirados, ni siquiera distribuyen agua o sopa

El barrio de Küçükdalyan, donde los equipos de ayuda de TÖP pudieron llegar 48 horas después del terremoto, es una de las zonas donde no se ha proporcionado ayuda estatal. Un residente, Sami Demir, declaró a ANF que, aunque una de las mayores destrucciones tuvo lugar en Küçükdalyan, ninguna institución estatal ha acudido al barrio.

Demir dijo: "Aunque es el primer barrio a la entrada de la ciudad, ni la gendarmería, ni la policía ni la AFAD han venido aquí. Al menos 500 personas han muerto en el barrio. Vi los pies de la hija de mi tía bajo los escombros, pero no pude hacer nada. Podríamos haber salvado algunas vidas más si al menos hubieran enviado una excavadora. Por no hablar de retirar los restos, ni siquiera nos dieron agua ni sopa. Llevo tres días sin dormir. Al final rompí las ventanas de un supermercado para llevar comida a los niños".

Demir subrayó que la ayuda no se llevó a propósito, ya que el barrio de Küçükdalyan es un asentamiento aleví, como muchos barrios donde no se entrega ayuda. "Paramos a una ambulancia para pedir ayuda, pero su respuesta fue 'tenemos un médico, pero no tenemos suministros'. Mi hija me envió medicinas desde Mersin. El Estado no nos envió ningún medicamento". La mitad de la población del barrio son ancianos. Qué vergüenza de gobierno. El Estado no está ahí para los alevíes".

Reacción al CHP

Demir reaccionó al partido de la oposición CHP , ampliamente respaldado por la población aleví. "Los alevíes siempre han votado al CHP. ¿Por qué el partido no viene a ayudar al pueblo aleví? Pedirán nuestros votos para las próximas elecciones. Pero les castigaremos, se lo merecen", dijo.

Dormimos en la calle

Los reporteros de ANF fueron testigos de la misma situación en el barrio de Subasi, donde los residentes están furiosos y hay cortes de electricidad. Hüseyin Kuş, uno de los supervivientes del terremoto, declaró que ni el Estado ni AFAD visitaron el barrio. Kuş dijo que su edificio de 8 plantas quedó destruido, pero que nadie le ha ofrecido ayuda desde hace tres días.

El hijo del hombre, Sergen Kuş, confirmó lo que dijo su padre: "Como el 80-90% de la población de Hatay es aleví, no somos la primera prioridad en términos de ayuda. Esto no es nuevo; ha sido así durante siglos. No se nos ha entregado ayuda, ni suministros, ni tiendas de campaña. Dormimos en la calle, encendemos un fuego para calentarnos. Tenemos un supermercado y vigilamos frente a él para evitar saqueos".