Turquía y Siria enfrentan años de reconstrucción por el terremoto

Cinco días después de que un enorme terremoto de magnitud 7,8 sacudiera Turquía y Siria, el número de muertos es abrumador, y expertos afirman que no tenía por qué ser así.

Las imágenes de drones e imágenes satelitales han transmitido la cruda realidad de la destrucción generalizada en un área que se extiende a lo largo de dos países muy diferentes.

La escala del desastre es enorme. “Hemos hecho un poco de mapeo del tamaño del área afectada”, dijo Caroline Holt, directora de desastres, clima y crisis de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR). “Es del tamaño de Francia”, explicó.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo el jueves que “aún no hemos visto el alcance total del daño y de la crisis humanitaria que se desarrolla ante nuestros ojos”, mientras que las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas por el desastre natural.

Una vez que hayan terminado las tareas de búsqueda, la atención se centrará en la reconstrucción a más largo plazo. Turquía ha sufrido terremotos en el pasado y se ha reconstruido. Pero, ¿cuánto se puede aprender de esta historia? ¿Se implementarán estas lecciones? ¿Y se igualarán los esfuerzos al otro lado de la frontera?

La historia se repite en Turquía

El número de muertos superó el sombrío hito de 25.000 este sábado. A medida que continúa subiendo, se mezcla con sentimientos de ira y resentimiento. Turquía no es ajena a los terremotos y muchos sienten que el gobierno no se preparó para otro evento catastrófico.

Esta frustración persiguió al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, mientras realizaba un recorrido relámpago por la región de Kahramanmaras, cerca del epicentro del mortal terremoto, el miércoles y jueves. Erdogan defendió la respuesta de su gobierno admitiendo “deficiencias”, antes de enfatizar que “no es posible estar preparado para tal desastre”. También anunció que el objetivo del gobierno es reconstruir “en un año”, aunque los expertos dijeron a CNN que podría llevar mucho más tiempo.

Los grandes terremotos como este son poco frecuentes, pero muchos en Turquía todavía están atormentados por los recuerdos del terremoto de Izmit de 1999, en la región de Mármara.

Ajay Chhibber, un economista que era director del Banco Mundial para Turquía cuando se produjo el terremoto de magnitud 7,6 hace dos décadas, le dijo a CNN que “es como una mala película (que) vuelve otra vez”. Similar al evento de esta semana, ese temblor se produjo en las primeras horas pero ocurrió en el noroeste del país, un área densamente poblada más cercana a Estambul. Dijo que duró alrededor de 45 segundos, dejando más de 17.000 muertos y unas 500.000 personas sin hogar.

Al volar a la región inmediatamente después del desastre, Chhibber le dijo a CNN que “nunca había visto tanta devastación”. Recordó haber viajado con los embajadores de Japón y Alemania en ese momento, quienes le dijeron que “parece la Segunda Guerra Mundial”.

Los edificios “aplastados como panqueques” se encontraban entre las escenas apocalípticas que Chhibber atestiguó en 1999. En la ciudad de Golcuk, donde se encontraba una base naval, recordó haber visto “submarinos que fueron arrojados fuera del agua, a 90 o 100 metros en la montaña”.

“Se podían ver submarinos allí. Fue increíble. Y lo que estoy viendo ahora es solo una repetición”, dijo.

Algunos pueden cuestionar si el objetivo actual del presidente turco de reconstruir el país es alcanzable, dado que también dijo que se derrumbaron más de 6.000 edificios. Pero Chhibber señaló que “Turquía es capaz de moverse muy, muy rápidamente, si pueden actuar en conjunto en esto”.

Chhibber ayudó a implementar un plan de recuperación de cuatro etapas a raíz del desastre de 1999 que proporcionó dinero en efectivo a los residentes, ayudó a reconstruir la infraestructura y la vivienda, estableció un sistema de seguros y desarrolló un sistema organizativo que se transmitió en cascada desde el nivel nacional hasta la comunidad.

“En comparación con los desastres en todo el mundo, fue una de las reconstrucciones y recuperaciones más rápidas que he visto”, dijo Chhibber. Agregó que la mayor parte del trabajo se completó en dos años.

Ismail Baris, profesor de trabajo social en la Universidad Uskudar, de Estambul, y ex alcalde de Golcuk en el momento del terremoto, le dijo a CNN en un correo electrónico que “además de los edificios públicos y privados colapsados, las tuberías de transporte de agua de la ciudad, la red de suministro de agua, el sistema de alcantarillado (y) el sistema de aguas pluviales quedaron completamente destruidos”, así como el 80% de las vías de la ciudad. Agregó que la reconstrucción completa de la ciudad tomó cuatro años.

Sin embargo, gran parte de la reconstrucción entonces se hizo con ayuda del ejército turco, que fue convocado cuando colapsaron muchos gobiernos locales. Chhibber dijo que esto permitió que la limpieza de escombros se hiciera rápidamente.

“Pero Izmit está en el corazón de Turquía”, dijo Chhibber. Muchos kurdos viven en las zonas afectadas por el terremoto y traer al ejército puede causar problemas.

“Es un gran desafío”, dijo Ilan Kelman, profesor de desastres y salud en la University College London. Si bien el Ejército tiene el personal y los recursos, “también tienen la desafortunada historia de abusar a menudo de su poder”, dijo Kelman a CNN.

“Los kurdos y muchos turcos en esa región, comprensiblemente, dudarían mucho en tener al ejército en las calles, incluso más de lo que ya lo hacen”, dijo.

Los expertos dijeron que también debe haber una revisión de lo que salió mal. El país tiene reglas estrictas que entraron en vigor después de 1999: se implementaron regulaciones de construcción que requerían que las construcciones más modernas pudieran resistir estos terremotos. Sin embargo, muchos de los bloques de apartamentos dentro de la zona del terremoto parecían haber sido construidos recientemente y se derrumbaron igual.

Sinan Ulgen, un ex diplomático turco que actualmente preside el Centro de Economía y Política Exterior, con sede en Estambul, dijo que había conciencia sobre los preparativos que aún debían hacerse, pero que “lamentablemente, en las últimas dos décadas, esto se ha quedado principalmente en el papel”.

“Había un fondo especial con los impuestos recaudados para hacer una rehabilitación de las ciudades para resistir este tipo de desastres naturales. Parte de ese dinero se despilfarró, no fue a los lugares correctos. Y luego la falta de aplicación, que es realmente la gran responsabilidad”, dijo Ulgen a la cadena de televisión Channel 4 del Reino Unido. “Y ahí, Turquía realmente necesita mejorar su juego”.

Chhibber también dijo que Turquía no había aprendido lo suficiente de las lecciones del pasado y cuestionó por qué no se hicieron cumplir las normas de construcción. Dijo que el gobierno turco había permitido regularmente las llamadas “amnistías de construcción”, esencialmente exenciones legales que, por una tarifa, permitían la producción de proyectos sin los requisitos de seguridad necesarios. La amnistía más reciente se aprobó en 2018. Remarcó que otorgar amnistías era “un gran problema”.

“Simplemente siguen adelante y hacen el edificio. No siguen el código. Saben que en algún momento algunos políticos les darán una amnistía. Ese es un gran problema”.

El ministro de Justicia de Turquía dijo el viernes que habían comenzado las investigaciones sobre los constructores en las regiones sísmicas, según el medio estatal turco Anadolu. “Como resultado, como dije, quien tenga fallas, negligencia o deficiencias será llevado ante la Justicia y será responsable ante la ley”, explicó Bekir Bozdağ.

Las crisis sirias se acumulan

Al otro lado de la frontera, en Siria, los esfuerzos de reconstrucción serán aún más complicados. Guterres advirtió que los sirios enfrentan “pesadillas sobre pesadillas”, y el Programa Mundial de Alimentos describió la situación en el noroeste del país como una “catástrofe sobre la catástrofe”.

“Tenemos la tormenta humanitaria perfecta en Siria”, dijo Caroline Holt, directora de desastres, clima y crisis de la FICR.

La ONU estima que más de cuatro millones de personas ya dependían de la ayuda humanitaria en las partes más afectadas de la Siria controlada por los rebeldes, debido a la guerra civil que ha asolado el país desde 2011. Cuando el terremoto golpeó allí, muchos residentes traumatizados primero se preguntaron si lo que los despertaba era el sonido de los aviones de combate una vez más.

“Después de 12 años de dolor y sufrimiento constantes, y de vivir en un contexto vulnerable, su capacidad para soportar, especialmente en invierno, las duras condiciones a las que se enfrentan (disminuye)”, dijo Holt a CNN.

En Siria, las fallas políticas son profundas. Algunas de las áreas más afectadas por el terremoto están controladas por el régimen de Bashar Al Assad, otras por las fuerzas de oposición respaldadas por Turquía y Estados Unidos, los rebeldes kurdos y los combatientes islamistas sunitas. Estas divisiones políticas crean nudos logísticos. Negociarlos complicará los esfuerzos de recuperación.

“El conflicto -o los conflictos-, son mucho peores en esa zona de Siria que en esa zona de Turquía”, dijo Kelman.

Si bien Turquía tiene sus propios problemas políticos, “tiene un gobierno comparativamente fuerte y un ejército comparativamente fuerte al respecto de Siria, que está en guerra”, agregó.

Turquía también tiene mayores “recursos previos al terremoto”, dijo Kelman. “Ninguno de los países es especialmente rico, pero Turquía al menos tiene esa línea de base en la que no ha estado en un conflicto importante que divida al país durante 12 años. No han sido aislados a través de sanciones”.

Las sanciones han creado obstáculos geopolíticos que la ayuda humanitaria ahora tiene que sortear. El régimen de Assad insiste en que toda la ayuda que llegue al país, incluida la destinada a áreas fuera de su control, tiene que pasar por la capital, Damasco. El gobierno sirio aprobó este viernes el envío de ayuda al territorio rebelde en el noroeste, según un comunicado, pero no proporcionó un cronograma para la entrega.

Pero el régimen ha desviado durante mucho tiempo la ayuda destinada a las regiones controladas por los rebeldes. Como tal, los trabajadores de socorro que intentan limpiar los escombros dependen de los recursos enviados a través de una sola carretera, el cruce de Al Bab al-Hawa, el único corredor de ayuda humanitaria entre Turquía y Siria.

El resultado es que “la mayor parte del trabajo se hace a mano”, según Mohammad Hammoud, gerente para Siria de la Cruz Roja Noruega. Hammoud le dijo a CNN que Siria carece de la maquinaria disponible en Turquía, y la poca maquinaria que tienen no tiene combustible para funcionar, después de que se cortaran los suministros de Damasco. “Dependemos principalmente de la mano de obra”, dijo.

Estas discrepancias significan que es probable que la recuperación de Siria progrese a lo largo de un cronograma atrofiado. Dada su falta de coordinación, las preguntas básicas pueden quedar sin respuesta durante algún tiempo.

“Se trata, en primer lugar, de retirar los escombros. ¿Qué haces con eso? Puede convertirse en un peligro ambiental o puede convertirse en un activo, si eliges pavimentar caminos con él”, dijo Holt.

El director de la Federación Internacional estima que en Turquía gran parte del trabajo de recuperación se realizará dentro de dos o tres años. Pero en Siria, “estamos viendo un marco de cinco a 10 años solo para poner en marcha la recuperación”, dijo.

Los años por venir

Si bien los desastres como este causan estragos, también crean oportunidades para evitar que tales estragos se produzcan nuevamente. Hay una parte que es responsabilidad del ser humano en cada desastre natural, según Chhibber.

Los terremotos son inevitables; sus efectos no lo son. Chhibber dijo que vio este punto ilustrado después del terremoto de Izmit en 1999. “Tendrías un edificio completamente erguido, el siguiente edificio completamente plano como un panqueque”. Lo mismo puede verse ahora en Gaziantep de Turquía.

Para Chhibber, este es el resultado de elecciones. “Hay un terremoto, pero no tiene por qué ser un desastre de esta escala, a menos que sea provocado por el hombre. Y la parte hecha por el hombre proviene de la falta de un código de construcción adecuado que se haga cumplir. No hay razón para que estos edificios se hayan derrumbado tan fácilmente. Algunos de ellos fueron construidos hace solo uno o dos años”, dijo.

Kelman también enfatizó que los desastres crean la oportunidad de que las cosas se hagan de manera diferente. Él espera que el terremoto pueda usarse como un estímulo para la “diplomacia de desastres”, que pregunta “si lidiar o no con los desastres de alguna manera puede poner fin al conflicto y crear la paz”.

Sin embargo, no todos los gobiernos optan por aprovechar estas oportunidades.

“Tenemos ejemplos en los que las personas han aprovechado la oportunidad para decir que ha habido un desastre y queremos ayudar, así que intentemos reconstruir de tal manera que estemos apoyando la paz”, dijo Kelman.

“Por el momento, no veo que ningún gobierno responda de esa manera, y no veo que el mundo responda de esa manera”.

FUENTE: Lauren Said-Moorhouse – Christian Edwards / CNN / Fecha de publicación original: 11 de febrero de 2023 / Edición: Kurdistán América Latina