El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió un comunicado el 20 de diciembre en el que dijo: “Hemos ganado contra ISIS, ahora es el momento de volver a casa. Nuestros hombres y mujeres jóvenes regresarán a casa de inmediato”.

Esta decisión fue recibida con intensas crñiticas en el país y provocó numerosas renuncias, incluyendo el jefe del Pentágono y el enviado de Estados Unidos a la Coalición Internacional contra ISIS.

Dos meses después, un nuevo desarrollo contradice aquella afirmación. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha anunciado que 200 soldados estadounidenses permanecerán en Siria “por un cierto tiempo”. Sanders ha dicho que este pequeño grupo estará en el país para “mantener la paz”. Esta declaración se produce tras la llamada telefónica entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Francia y los otros socios occidentales de Estados Unidos en la Coalición protestaron por la decisión de retirarse. En un comunicado, la canciller alemana Angela Merkel, preguntaba la semana pasada: “¿Es una buena idea que los estadounidenses se retiren de Siria de manera repentina y rápida?” Según Merkel, la decisión de retirarse fortalecería la influencia de los enemigos jurados de Washington, Irán y Rusia, en Siria.

Washington propuso entonces a sus aliados de la Coalición formar una “fuerza de observación” para garantizar la seguridad en el norte y el este de Siria, pero esta propuesta fue rechazada por Francia, Alemania, y otros miembros de la coalición.