Últimos acontecimientos en Afrin

Los últimos acontecimientos en Afrin, ¿son parte de un nuevo plan de invasión y para justificar a los colaboradores de Turquía?

Afrin, también conocida como Çiyayê Kurmênc, es una ciudad situada en la parte occidental de Rojava, a 63 km de Alepo, y el 90% de sus residentes son kurdos (cifras previas a la ocupación). Antes de ser ocupada por el Estado turco y tras intensos ataques en 2018, yazidíes, árabes y armenios vivían unidos y en solidaridad en la ciudad, que cuenta con 6 distritos y cerca de 400 pueblos. A pesar de estar expuesta a una oleada migratoria masiva desde otras ciudades de Siria como Alepo, Deraa, Homs, Idlib, Hama y Raqqa en 2011, la ciudad mantuvo la paz y la estabilidad. También era un centro económico potencial para Siria.

Las potencias hegemónicas que consideraban el modelo de gestión democrática en el noreste de Siria como una amenaza para sus propios intereses, encontraron un pretexto y permitieron que la fascista República de Turquía invadiera Afrin el 20 de enero de 2018 bajo el nombre de "Operación Rama de Olivo". Con este ataque, el jefe fascista Erdogan planeaba invadir la ciudad con su ejército en pocos días. Sin embargo, se opuso una resistencia excepcional durante 58 días bajo el liderazgo de las fuerzas de las YPG y las YPJ con una amplia participación del pueblo.

Del genocidio al cambio demográfico

Turquía tiene más de 50 bases militares en la ciudad, que lleva ocupada más de 5 años. Además, en casi todas las calles de la ciudad se han cometido diversos delitos, como secuestros, saqueos, robos, torturas, violaciones, genocidio histórico cultural y cambios demográficos. Alrededor de 700 civiles han sido torturados y asesinados, y otros 9.000 han sido secuestrados. Estas cifras cubren sólo los crímenes que han sido denunciados. También hay personas en paradero desconocido. Además, muchos medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos han revelado que se saquearon más de 100 lugares históricos y se talaron casi 400.000 árboles en la ciudad.

Cuatro kurdos de la misma familia, Ferhan Osman (43), İsmail Osman (38), Muhammed İsmail (18) y Muhammed Osman (42), que encendieron una hoguera para celebrar Newroz el 20 de marzo en el distrito de Jindires de la ciudad, fueron brutalmente asesinados y otros tres resultaron heridos. Se atribuyó la autoría del atentado a la organización paramilitar Ahrar al Sharqiya, respaldada por Turquía. Diez días después del incidente, se vio en un vídeo que dos yazidíes, Şêxo Arif y Heyder Arif, de la aldea de Qîbarê, en el distrito de Shera, fueron obligados a convertirse al islam por los llamados jeques de la asociación denominada "Al Waqif". Algunas personas e instituciones favorables a la ocupación comenzaron a difundir las imágenes de ambos sucesos a través de sus cuentas en las redes sociales. Esto ha levantado sospechas.

¿Plan conjunto?

A medida que se acerca el centenario del Tratado de Lausana que dividió el Kurdistán en cuatro partes, se prevé que se han puesto en marcha algunos planes que pueden agravar aún más la situación. Según este plan del que es socio el KDP, que ha mantenido sus sucias relaciones con el gobierno fascista del AKP-MHP durante casi 20 años, se establecerá un régimen en Afrin bajo el liderazgo de ENKS (la organización que niega el cambio demográfico en Afrin) y Al Nusra con el fin de aprovechar los grupos mercenarios respaldados por Turquía. El plan también puede verse como un paso preliminar para una nueva invasión de Rojava, donde continúan los ataques turcos con drones y artillería. Durante los últimos años, el jefe de los servicios de inteligencia turcos, Hakan Fidan, y su homólogo sirio, Ali Mamluk, han mantenido frecuentes reuniones secretas. En conversaciones recientes, el gobierno de Damasco hizo la oferta de que "ENKS puede ser reconocido en Afrin". Estos acontecimientos demuestran que el gobierno de Damasco es un socio en estos planes. Lo más dramático de todos estos planes viciosos es que algunos kurdos han sido sacrificados por el Estado turco y sus colaboradores.