En Damasco, la capital siria, grupos armados afiliados al gobierno de HTS (Hayat Tahrir al-Sham) se están apoderando sistemáticamente de viviendas civiles bajo amenaza de arresto y tortura. Según un informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), más de 50 viviendas han sido ocupadas por la fuerza tan solo en el barrio de Ash al-Varvar.
En el distrito de Barzeh, donde se produjeron los incidentes, el alcalde habría permitido la confiscación de propiedades sin documentos legales y habría colaborado con grupos armados.
Según el informe del SOHR, los residentes están siendo amenazados con cargos inventados como “cometer crímenes durante el régimen anterior”. Se ven obligados a abandonar sus hogares por miedo a ser arrestados y torturados.
Los manifestantes están siendo sometidos a violencia física y abusos verbales.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la población local no tiene forma de resistir a los grupos armados. Muchas familias se ven obligadas a entregar sus propiedades a los grupos armados o a venderlas a precios muy bajos ante la presión. Los grupos armados afines al gobierno intentan justificar estas acciones alegando que las tierras ya les pertenecen.
Los sucesos en Damasco reflejan las crecientes tensiones sectarias y la violencia en todo el país. Los secuestros y asesinatos, especialmente en Homs, Hama y las zonas costeras, alarman gravemente a la población local.
La incertidumbre jurídica en el país, la falta de protección por parte del Estado y su negativa a exigir responsabilidades a los grupos armados están facilitando ataques destinados a apoderarse de los bienes de los civiles.